Cada 20 de diciembre, el calendario nos regala una oportunidad para detenernos y reflexionar sobre el principio que nos define como especie: la humanidad, es el Día de la Humanidad Solidaria, fecha simbólica y una invitación a mirar más allá de nuestras diferencias y encontrar puntos de conexión a través de valores universales como la ética, la cooperación y el respeto mutuo.
Hablar de solidaridad es reconocer los derechos de los pueblos a la identidad nacional y cultural, a la preservación de la flora y fauna, al cuidado y fomento del arte y la cultura, incluye el acceso al patrimonio común de la humanidad y la libre determinación, derechos que no son lujos, son esenciales para construir un mundo donde el bien común prevalezca sobre los intereses particulares; en la solidaridad, los pueblos se benefician por igual, de forma armoniosa, con un orden político y económico justo, equitativo, porque, y con justicia, este principio garantiza un piso parejo para todos, donde nadie esté por encima de los demás.
La solidaridad es una ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo, especialmente cuando enfrentamos retos como las causas de la pobreza, ¡la solidaridad está en los actos!, desde ayudar al vecino con una reparación hasta movilizarse para rescatar vidas tras un desastre natural.
México tiene una marca registrada de solidaridad que se manifiesta de forma espontánea en las tragedias, cuando la tierra tiembla y se lleva vidas, una ola de ayuda humana emerge, sin esperar indicaciones, las personas corren a remover escombros, organizan cadenas humanas y compartir recursos como agua y alimentos, ver llorar y cantar en medio de la adversidad, sin dejar de ayudar, es el distintivo solidario con que el mundo nos reconoce, #CantayNoLlores es mucho más que un lema: es un reflejo del corazón mexicano.
Hidalgo dio un gran paso hacia la consolidación de los valores solidarios con la publicación de la Ley de la Economía Social y Solidaria, normativa que reconoce al sector social como una fuerza que privilegia el trabajo humano sobre el capital, fomenta la inclusión social y promueve la educación, creatividad e innovación como herramientas de equidad.
La ley establece que las relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad son fundamentales para impulsar el desarrollo integral y consolidar la democracia participativa, esfuerzo que busca garantizar crecer juntos y nadie se quede atrás.
En Hidalgo, el gobierno de Julio Menchaca demuestra que primero está el pueblo, con un gabinete cercano, honesto y recto, la convivencia permanente con la ciudadanía a través de ferias de servicios y el impulso de la participación ciudadana en la vigilancia de la obra pública son su columna vertebral, esta administración predica la solidaridad y la practica.
La creación de albergues para niños y niñas migrantes es un ejemplo claro, espacios celebrados en el Día Internacional de la Solidaridad Humana, representan un compromiso inquebrantable con los valores de nobleza, lealtad y generosidad que distinguen a los hidalguenses, aunque pequeños grupos con intereses mezquinos critican estas iniciativas, la realidad es que los albergues son la diferencia entre la vida y la muerte para muchos menores.
Los valores que guían la economía social y solidaria de Hidalgo son claros: ayuda mutua, democracia, equidad, honestidad, igualdad y justicia, principios que son el cimiento de un modelo que pone al ser humano en el centro, prioriza el beneficio mutuo y fomenta la protección del medio ambiente.
Además, la promoción de la cultura solidaria y creativa es una herramienta poderosa para enfrentar los retos actuales, como dice el dicho, "la unión hace la fuerza, y con solidaridad, hasta las montañas se mueven".
Es importante recordar cómo la solidaridad permite transformar a comunidades completas, desde las cooperativas de agricultores que comparten conocimientos y recursos, hasta los programas de educación comunitaria que buscan erradicar el analfabetismo, cada iniciativa refuerza la idea de que juntos somos más fuertes, acciones que generan un impacto económico positivo y cohesionan a las comunidades, les permiten afrontar retos globales como el cambio climático o las crisis migratorias.
En Hidalgo el gobierno solidario de Julio Menchaca es una realidad que se construye con leyes, valores y acciones concretas, con iniciativas como estas, el Estado respalda a su gente y da un ejemplo al país y al mundo de cómo se puede construir un futuro equitativo y sostenible, ¡porque cuando todos jalamos parejo, no hay reto que nos quede grande!.
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