En la actualidad se habla mucho de nearshoring. Sin embargo, se habla poco de lo que la sociedad, el gobierno federal y los gobiernos de los estados pueden hacer para asegurar que estas inversiones lleguen a México. Se escuchan esfuerzos aislados de ciertos estados o cámaras empresariales, pero resulta relevante contar con un estudio bien sustentado que hable a detalle de cuántas inversiones pueden llegar a cada estado o región en específico, así como cuánto talento y recursos como agua, gas y electricidad necesitarán estas empresas que buscan establecerse en nuestro país.
Es decir, es necesario contar un con un plan de desarrollo económico basado en los factores locales de atracción de inversiones extranjeras en cada uno de los estados, que tome en cuenta los recursos naturales y humanos que posee cada estado o región.
Cada vez será más difícil aterrizar mega inversiones en México, sobre todo en el norte del país, donde se percibe cada vez más difícil el acceso a recursos, tanto naturales como talento calificado. Por lo anterior debemos comenzar a preparar nuestras reservas como lo haría cualquier empresa, es decir, mirar hacia el sur de México, pero también al centro del país y sus factores locales de atracción de inversiones.
Sin duda, el centro de México es una región bien posicionada para la atracción de inversiones extranjeras de nearshoring. Los estados de Mexico, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla pueden ser los próximos polos de desarrollo. Por lo anterior, sería ideal que en un futuro cercano estos estados puedan unir esfuerzos, planear y tener una atracción de inversiones ordenada pero, sobre todo, que estas inversiones estén muy ligadas a sus vocaciones estatales.
Recientemente vi un anuncio de una fuerte inversión textil en el estado de Hidalgo e inmediatamente me pregunté qué están viendo los empresarios en dicha región que muchas empresas extranjeras todavía no están considerando. También recordé las nuevas inversiones anunciadas de empresas chinas en Hidalgo y mis conversaciones con los empresarios chinos que son los dueños y líderes de estas empresas, en las que ellos me aseguraban que Hidalgo y el centro de México eran las mejores localidades para sus inversiones, dicho sea de paso, inversiones grandes que requieren de espacio, agua y recursos humanos semicualificados.
Definitivamente existe una gran oportunidad para atraer inversiones de nearshoring a México y estas inversiones pueden ser un detonante para poder emplear a más mexicanos. Hoy estamos a tiempo para poner atención no solo al norte o sur de México, si no voltear a ver lo que está pasando en la región central del país. Entender su dinámica y por qué están llegando inversiones a la región para responder a la pregunta “¿qué están viendo unos empresarios en esta región que otros todavía no logran ver?”.