En la anterior entrega, comentamos sobre el exilio español en México y la llegada a Pachuca, particularmente a la Escuela Normal de un grupo de maestros de escuela, educadores, pedagogos, profesionistas dedicados a la educación básica. Su inserción en la sociedad mexicana y especialmente en la pachuqueña y particularmente en quienes fuimos sus alumnos, tuvo una naturaleza mucho más específica al definirlos como maestros formadores de maestros.

En 2016, quienes formamos el Grupo Renovador Normalista y que además fuimos sus alumnos, publicamos el libro 75 años de la presencia de los maestros españoles en la Escuela Normal Benito Juárez de Pachuca, de este texto, se transcribe una parte del ensayo elaborado por el Dr. Gonzalo Serna Alcántara donde se describe la importancia de su trabajo docente:


“La presencia de los exiliados españoles en México, resultado de la Guerra Civil, ha sido objeto de varios estudios, tanto España como en nuestro país. Con motivo del 75º Aniversario de la llegada de los primeros grupos de emigrantes, se ha renovado el interés en estudiar la vida y obra de mujeres y hombres que debieron salir de su amada patria y buscaron refugio seguro y después, ganarse la vida en diferentes ciudades mexicanas. Aquí, empezaremos a contar la historia de cuatro de ellos: el matrimonio conformado por Emilia Elías y Antonio Ballesteros, la maestra Regina Lago y el doctor Juan Comas, quienes trabajaron como docentes en la Escuela Normal Socialista de Pachuca, de 1940 a 1955.

Emilia Elías Herrando y Antonio Ballesteros Usano, llegaron a México en el vapor Sinaia el 13 de junio de 1939, acompañados por dos de sus hijas. A las penurias propias del exilio, pronto se sumaron las carencias económicas. El dinero que recibían se limitaba a una pequeña ayuda por parte del Comité de Exiliados.

En septiembre del año antes citado, el maestro Ballesteros se incorporó a la Escuela Nacional de Maestros, en la ciudad de México, como profesor por horas y con un sueldo de 84 pesos mensuales. Se hizo cargo de la asignatura de Historia de la Educación. En semestres posteriores impartió Higiene Escolar, Estadística, Paidología, Organización y Administración Escolar. Estaba vigente el Plan de Estudios de 1935. Para 1947, se le designó Jefe de la Materia de Psicología.



A la Escuela Normal de Pachuca, ciudad ubicada a 90 kilómetros de la ciudad de México, el maestro Ballesteros se incorporó en el curso de 1940 y su esposa en 1945, ambos permanecerían hasta 1958. En autobús, viajaban dos veces por semana, en un trayecto que entonces duraba cerca de dos horas, para impartir sus cátedras.

Por lo que respecta a la profesora Regina Lago, al llegar a México, continuó desarrollando una labor muy apegada a la lucha antifascista y a favor de los derechos de las mujeres y los maestros. A partir de 1941 y hasta 1955, ejerció como docente en la Normal de Pachuca y en la Escuela Nacional Preparatoria dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de la ciudad de México. La maestra Lago murió en 1966 en la ciudad de Cuernavaca.

En el caso del doctor Juan Comas, quien egresó como Inspector de Primera Enseñanza, en 1921, de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio de Madrid, ejerció su labor docente en varias regiones españolas antes de marchar becado a Ginebra. A su regreso a España desempeño diversas comisiones dentro la estructura del gobierno republicano, hasta su salida a Francia en febrero de 1939. Arribó a México el 16 de octubre de 1939. Tras un periodo de adaptación y legalización de su estancia, se incorporó a la Normal Socialista de Pachuca en el inicio del curso de 1940, que, según los datos del archivo de esta Institución, fue el único año en el que participó. Es probable que esto se debiera a su ingreso como investigador en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en donde el doctor Comas sería mentor y guía de muchas generaciones. Murió en 1979 en la ciudad de México.

La formación intelectual de los maestros españoles que trabajaron en la Normal de Pachuca, de 1940 a 1955, era de altísimo nivel. Especialmente en las áreas de psicología infantil o paidología, etapas del desarrollo, estadística aplicada a la investigación, psicología de la adolescencia, y otras materias relacionadas, productos de su estancia en el Instituto Rousseau de Ginebra.

En el caso de los maestros Ballesteros, que también impartieron las materias de administración y organización escolar, planeación escolar, Higiene Escolar, seguramente su conocimiento se debió a su experiencia como funcionarios educativos del régimen republicano.

Los aportes académicos a las generaciones de sus alumnos en la Normal, son todavía reconocidos y recordado con afecto su trato amable y atento pero que no eximía de la responsabilidad de estudiar. Son detalles significativos cuando muchos profesores y alumnos se conformaban con “dictar y tomar apuntes” de algún viejo libro. En contraste, los maestros españoles proporcionaban textos que habían elaborado, algunos de los cuales después fueron publicados. Organizaban viajes de estudios a otras Normales y supervisaban escrupulosamente los planes de clase que los normalistas aplicarían en las escuelas primarias de la ciudad. Esta exigencia hizo a buen número de sus discípulos, conscientes de la profundidad y de la exigencia que requerían los conocimientos en las áreas de educación. La formación normalista pasó de la adquisición de destrezas en la elaboración de materiales didácticos, al conocimiento y reflexión de los fundamentos teóricos y epistemológicos del desarrollo infantil y su relación con la manera en que se debían suministrar para lograr aprendizajes.”

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