En los ranchos aguacateros y limoneros de Michoacán conocen muy bien el método de la rifa. Distintos dueños cuentan y confirman la misma historia: que llegan a sus propiedades y en la entrada está esperándolos una cartulina que los invita a cooperar para “el sorteo” de lavadoras, refrigeradores y demás electrodomésticos. El costo es de 20 mil pesos por boleto y no están obligados a comprar uno sino varios números para apoyar a la causa, que en realidad es una extorsión orquestada por los distintos cárteles que operan en el estado.

Tancítaro, Peribán, Tumbiscatío y Uruapan están bajo el acecho del Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Caballeros Templarios, Los Viagras y La Familia Michoacana. Esas organizaciones aplican el método antes descrito o bien otro más directo si no hay respuesta. Un emisario se mete a las huertas y pide hablar con el patrón para llevarle un mensaje del suyo. Primero es amistoso, después es peligroso.

Todos los productores consultados para esta columna y que hablaron con la condición del anonimato lo tienen claro: el gobernador, el morenista Alfredo Ramírez Bedolla sabe perfectamente quiénes son los extorsionadores por nombre y apellido, pero prefiere voltear la cara para otro lado. “Para la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México, APEAM, él es un cero a la izquierda en el conflicto”, me dijo uno de ellos. Sus declaraciones recientes esta semana, en las que acusó que productores inventaban la extorsión para elevar los precios no cayeron nada bien en una organización que está más del lado del gobierno de Estados Unidos que del de México.

La APEAM tiene un edificio de 7 pisos en Uruapan, Michoacán, con tecnología de primer nivel. Esa es su sede central, construida en buena parte gracias al financiamiento millonario del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA, por sus siglas en inglés. El negocio es apetitoso. El aguacate es el producto más vendido por México en el extranjero, solo después de la cerveza, con 2.7 millones de toneladas en 2023.

Según reportes a los que tuve acceso, esa misma oficina estadounidense tiene identificado que la extorsión a los limoneros sirve para pagar las nóminas de los cárteles, porque el verdadero y millonario negocio está en otras ramas, como el aguacate, la minería y en el puerto de Lázaro Cárdenas, con el tráfico de mercancías y precursores para las drogas sintéticas.

A la extorsión en Michoacán hay que sumar la de Estados Unidos. Los productores de aguacate también relatan que tienen que lidiar con los “brokers” que están del otro lado de la frontera y que castigan los precios, principalmente en McAllen e Hidalgo, Texas. “Si no vendes a través de mí, no vendes en todo el país, si no vendes a través de mí no hay renta de cámaras frías para tu producto y no cruzará por la Interestatal 10 que conecta las costas de Estados Unidos, desde California hasta Florida y tampoco se reparte hacia el norte”. El problema está ahí, aunque el gobernador no lo quiera ver.

Stent:

Hace unas semanas hubo reunión con algunos integrantes del nuevo gabinete. La convocó Raquel Buenrostro. A todos les solicitaron dejar su teléfono en la entrada y sólo uno se negó a entregarlo: José Merino, próximo titular de la Agencia Digital. ¿Prepotencia o precaución ante lo que sabe que es capaz de hacer el gobierno con un celular?

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