“O acudes al plantón o te quito tu tianguis”; esa fue la advertencia que recibió una mujer de Mineral de la Reforma, dedicada al comercio informal, al ser obligada a protestar la semana pasada en una oficina pública.
Con el miedo de ser expulsada del tianguis donde regularmente trabaja, y ser objeto de otras represalias, pidió permanecer en el anonimato para así poder romper el silencio.
“Estoy aquí porque fui obligada, pero en realidad, donde vivimos no hay los problemas que los líderes acusan, nos usan para sus chantajes, para presionar al gobierno y lograr más espacios que después son otorgados a comerciantes de Ecatepec o de Tecámac”.
La narrativa muestra uno de los rostros que subyacen en la economía subterránea, donde ilegalidad y corrupción van de la mano.
El fenómeno se enquistó hace varios años en la zona metropolitana de la capital del estado; los municipios con mayor presencia de ambulantaje son Pachuca y Mineral de la Reforma, y los herederos del problema son Jorge Reyes y Eduardo Medécigo, sus nuevos presidentes municipales.
Tianguis de Mineral de la Reforma, como los que se instalan en la Providencia, los Tuzos, Forjadores y Chavarría, por citar algunos, son espacios gobernados por la informalidad, proveniente principalmente del Estado de México.
La inexistencia de registros oficiales o de permisos municipales para cada tianguista, da pie al surgimiento de líderes que controlan estos grupos y operan o con la tolerancia o por “encima” de las autoridades de Reglamentos.
En Pachuca, por ejemplo, las principales calles del denominado Centro Histórico, como Hidalgo (en el portal Constitución) Morelos, Ocampo, plaza Independencia y Guerrero, paulatinamente fueron “tapizadas” por la informalidad.
En ese polígono capitalino, el comercio de la calle que comenzó de forma ambulante, creció hasta que decenas de vendedores informales, tolerados por el municipio y alentados por sus líderes, se instalaron en la vía pública en calidad de “semifijos”.
Una y otra vez, organizaciones de vendedores se manifestaron en la Casa Rule, lo mismo en el gobierno de Yolanda Tellería, que en el de Sergio Baños, para exigir la construcción de un espacio en el que fueran reubicados.
Pero, ante la negativa oficial y la presunta falta de presupuesto público para atender tal petición, el comercio de la calle “floreció”, hasta convertirse en las imágenes del centro de la ciudad que vemos todos los días.
“Limpiar” la calle de Guerrero, ha sido un primer paso en la naciente administración que encabeza Jorge Reyes, y a esta decisión, habrán de seguir otras de igual impacto en las principales calles del primer cuadro capitalino, según prometió.
Hasta ahora, el tema se ha centrado en la imagen urbana, pero la solución de fondo, implica atender las causas que generan el ambulantaje, con trato humano y alternativas que permitan involucrar a los comerciantes en la economía formal.
Problemas como estos, serán parte de la agenda cotidiana de los alcaldes de Pachuca y Mineral de la Reforma durante los próximos tres años, y un factor que mida la eficiencia de sus presidentes, radicará precisamente en la solución “definitiva” de los mismos.
SE LO PONGO POR ESCRITO
¿Cuánto tiempo faltará para que MORENA expulse de sus filas a Marisol Ortega? Porque con Humberto Veras, ¡sí que se tardaron!