Al iniciar esta semana, la presidenta de México, Claudia Sheimbaum, oficializó el anunció en el que el gobierno de México, construirá en los próximos seis años un millón de viviendas.

El reto no es menor, en especial, porque el propósito fundamental del proyecto, es impulsar la construcción de vivienda social, que beneficie a las familias de escasos recursos, y particularmente a las nuevas generaciones de jóvenes en México.

Lo expresado por la presidenta de Sheimbaum, fue recibido con especial interés por especialistas del ramo, como es el caso de la Cámara Nacional de la Industria de la Vivienda (CANADEVI), que encabeza en Hidalgo, Miguel Ángel Jiménez.

Desde la perspectiva del dirigente de este organismo empresarial, el sector privado involucrado en ese sector económico, el aporte empresarial a ese proyecto no se debe postergar.

En principio, porque ahora, los empresarios del sector deben ser “constructores de comunidades” y no solamente desarrolladores, como lo fueron por algunos años.

Ser constructor de comunidades, describe Miguel Ángel Jiménez, significa acercar a la ciudadanía viviendas asequibles, de calidad y que procuren el equilibrio ecológico, es decir, la sustentabilidad de los nuevos asentamientos.

Contra lo que algunos empresarios piensan, el presidente de CANADEVI Hidalgo, ve con buenos ojos el anuncio, porque decir “no” a la construcción de vivienda, sería dar pie a la creación de “ciudades perdidas”.


“La experiencia nos dice que cuando hay oposición de los gobiernos, aparecen asentamientos irregulares, sin planeación, sin servicios, con precariedad y con un alto riesgo de abonar a la inseguridad, eso es lo que no se quiere”, reflexiona.


Y es que la falta de reserva territorial, ha sido el ingrediente principal que abonó al encarecimiento de la vivienda, pero en especial, al nulo estímulo para construir nuevos desarrollos para la población que más lo necesita.

En el concierto del desarrollo para los años que vendrán, el gobierno federal ya anunció para Hidalgo, importantes proyectos de carácter económico, donde la iniciativa privada desempeñará un rol determinante.

La ampliación de la autopista México-Pachuca; el tren a la capital del estado, el rescate ambiental de la región de Tula, un nuevo impulso a la construcción de la carretera Pachuca-Huejutla, por citar sólo algunos, son parte de los compromisos presidenciales, compromisos implican cuantiosas inversiones y una planeación a largo plazo.

Por tanto, el crecimiento debe ser ordenado y para que esto ocurra, es que los “constructores de comunidades” se han sumado a mesas de planeación metropolitana, en las que se dirimen los temas de crecimiento que involucran a estados como Puebla, Morelos, el Estado de México, a la capital del país y, desde luego a Hidalgo.

De ese millón de nuevas viviendas anunciadas, al menos cien mil estarán muy cerca de Tizayuca, en torno al AIFA y entre los límites de Hidalgo con el Estado de México, por lo que el diseño de la planeación regional no debe ser postergado para mañana.

El escenario pinta bien para Hidalgo; los empresarios socialmente responsables que participan en el sector vivienda lo ven con buenos ojos.


SE LO PONGO POR ESCRITO

Desde los días de El Heraldo de Hidalgo, allá por los ochentas, conocí a Jorge Martínez, ambos en el rol de reporteros; han pasado más de treinta años y sus aportes al periodismo siguen vigentes; ayer asumió un nuevo cargo, le deseo mucho éxito en la encomienda.

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