Catalogada por la Coordinación Nacional de Universidades Politécnicas y Tecnológicas de México, como la mejor del país en su ramo, la Universidad Politécnica de Pachuca, conocida como la UPP, se situó como primer lugar del ranking nacional en el año 2018.
Hoy, a unos 22 años de su fundación, esta institución educativa emblemática de Hidalgo, lamentablemente atraviesa por una serie de problemas.
El posicionamiento nacional de la UPP en el 2018, se debió, entre otros alcances, por contar con la mejor concentración de investigadores entre las politécnicas y tecnológicas de México.
Sus aportes en materia de innovación, investigación, ciencia y tecnología, siempre fueron reconocidos.
Gracias a su currícula, logró ser sede del Foro Internacional de Universidades Tecnológicas de América Latina y el Caribe, y cientos de rectores de diferentes países del mundo, llegaron a Hidalgo a invitación de la UPP.
Andrés Oppenheimer, reconocido periodista internacional, participó vía remota en ese encuentro, donde felicitó la productividad de la Universidad Politécnica de Pachuca y al maestro Sergio Arteaga Carreño, que fungía como rector en ese momento.
El periodista, que en su código de ética sostiene el no aceptar invitaciones a eventos de ningún gobierno, si acudió al llamado de la UPP, al considerar la importancia del Centro de Investigación de la Politécnica de Pachuca, plantel al que, en sus mejores tiempos, le fue conferida la Ventanilla Nacional de Transferencia Tecnológica.
En su periplo por distintos países, que en las recientes décadas lograron convertirse en potencias emergentes, Oppenheimer identificó que la clave del desarrollo de esas naciones, radica en el impulso a la educación, en especial, a la que promueve la innovación y el desarrollo tecnológico.
La India, China, Corea, Japón, Taiwán y Singapur, privilegiaron por lustros la educación tecnológica, y experimentaron una importante transformación, hasta ocupar posiciones relevantes en la geopolítica y ser modelos en el mundo.
En esa sintonía, el camino trazado en México, particularmente en Hidalgo, comenzó con la Universidad Tecnológica de Tula Tepeji, fundada a principios de los noventa, y poco a poco, se fue robusteciendo ese sistema de universidades en prácticamente todas las regiones del estado.
Una clave que ha permitido a distintas naciones convertirse en potencia, radica en el desarrollo de patentes, producto del trabajo de investigadores en conjunto con el alumnado, y en el caso de las universidades se vinculan con el sector productivo empresarial.
Justamente, por su alto registro de patentes ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), es que en otros años la Universidad Politécnica de Pachuca, pudo obtener recursos internacionales, que le permitieron construir y equipar laboratorios, diseñar líneas de investigación, establecer tiempos de productividad, construir una biblioteca y estrechar vínculos con el sector productivo hidalguense.
Por ese respaldo a investigadores y estudiantes, y tras la verificación de los registros de productividad, es que la UPP logró obtener para Hidalgo la Oficina Nacional de Transferencia de Tecnología. (Mañana la segunda entrega)
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