Desde el aire, la impresión visual que se tiene cuando se sobrevuela la región de Tula, es de múltiples contrastes.

Hay una enorme extensión de un verde intenso, que parecieran generosos sembradíos, producto de la agricultura, pero no es así.

Se trata del lirio acuático, que rápidamente invade el cuerpo de agua de la denominada “cloaca” más grande del mundo, me refiero a la presa Endhó, que recibe desde hace décadas, las aguas negras generadas en la zona metropolitana del centro del país.

Por lustros máquinas como las denominadas “Retador”, han triturado toneladas del lirio, pero hasta hoy, nada detiene la proliferación de la maleza.

Otra forma de contaminación es la del aire, producto de las negras nubes que son generadas lo mismo por la refinería “Miguel Hidalgo”, que por la central termoeléctrica “Francisco Pérez Ríos”.

Es fácil distinguir también, cuando uno viaja por el Arco Norte, entre el azul del cielo que “baña” al valle del Mezquital, y el intenso gris que cubre todo el tiempo amplios segmentos de la región de Tula.

Son nubes “cargadas” con altas concentraciones de óxido de azufre, producto del uso de combustóleo en los procesos de calentamiento de la también conocida como la “caldera del diablo”; nubes que viajan para ensuciar el aire de la zona metropolitana del valle de México.

Aunque menormente se utiliza gas natural en las operaciones de esa termoeléctrica, tiene un valioso sentido la declaración hecha en Tepeapulco, Hidalgo, por la presidenta de México, Claudia Sheimbaum, en el sentido de que habrá una reconversión en ese núcleo productor de energía eléctrica.

“La termoeléctrica que usa combustóleo la vamos a convertir a gas natural, este año vamos a iniciar con ese proyecto”, pronunció enfática en Tepeapulco la titular del Ejecutivo.

La del sábado, ha sido la segunda gira oficial que, como presidenta de México, la doctora Sheimbaum encabeza en la entidad para hacer anuncios importantes que, ejecutados en Hidalgo, deberán tener un impacto nacional.

Y es que la región de Tula, aparece como uno de los cien compromisos adquiridos por la mandataria desde el primer día que asumió la presidencia de México.

Al iniciar este año, la presidenta Sheimbaum decidió ir más lejos, al plantear no como promesa, sino como compromiso, algo que por décadas han anhelado las personas que habitan en Tula de Allende.

“Esa ciudad la vamos a convertir en la ciudad más limpia y de mejor calidad de vida que cualquier ciudad que halla en nuestro país, ese es un compromiso que tenemos histórico para Hidalgo”, aseguró categórica la mandataria.

En suma, para solucionar este gravísimo problema ambiental de la región, voluntad política existe, y el presupuesto no deberá faltar.

Ojalá y que en seis años se logren revertir los daños causados por décadas al agua, al aire y al suelo, de una región alguna vez habitada por atlantes, en la que hoy domina la polución y el hedor.

SE LO PONGO POR ESCRITO

Para las 84 alcaldías el tiempo está corriendo, los resultados no pueden esperar; uno es el discurso y otra la realidad.

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