La trayectoria de Hilario Ramírez Villanueva (Layín) el ex alcalde de San Blas, Nayarit, que tristemente se hizo célebre, por haber aceptado que “robó poquito”, cuando se desempeñó como edil, presenta una serie de similitudes con la carrera política de Jorge Hernández Araus, postulado por Morena y Nueva Alianza, para conducir nuevamente los destinos de Cuautepec, un municipio de Hidalgo marcado por la delincuencia y la violencia.

En San Blas, “Layín”, el que “robó poquito”, fue acusado por la Auditoría Superior de Nayarit, de haber utilizado facturas falsas y pagar obra pública inexistente, durante las dos gestiones en las que se desempeñó como presidente municipal de esa localidad.

Algo similar sucedió con Hernández Araus, que fue observado por la Auditoria Superior de Hidalgo, a cargo de Jorge Valverde, órgano que detectó en la cuenta pública del año 2022 obras pagadas, pero no ejecutadas en la sede del congreso del estado, esto cuando Araus se desempeñó como presidente de la Junta de Coordinación de la LXV legislatura local.

Cuatro millones de pesos, fue el monto observado a quien fungió como “líder” de los diputados de Morena, y según Valverde, los tiempos que la ley establece para la comprobación del dinero habrían concluido, por lo que la ruta legal de la ASEH sería interponer una denuncia contra Jorge Hernández Araus, misma que estaría a cargo de la dirección Jurídica de la auditoría.

En su defensa, el ex diputado señalado, afirmó que las obras estaban a simple vista y “si la debo la pago”, es decir, que estaría dispuesto a regresar al erario los cuatro millones de pesos reclamados.

Pero ¿Y si la observación de la ASEH no hubiera existido, tendría el político la misma “voluntad” para devolver el dinero?

Porque no se trata únicamente de una presunta malversación del recurso público y regresarlo, sino de una acción posiblemente dolosa en el ejercicio de la función pública.

O entonces, ¿Quién miente? ¿La Auditoría Superior de Hidalgo a cargo de Valverde o el exdiputado que ha sido auditado?

Otra similitud en las carreras de Layín y Araus, es que en la tercera intención de cada uno por encabezar los destinos de San Blas y de Cuautepec, respectivamente, ambos recibieron el respaldo total del Partido Nueva Alianza.

Sergio Hernández, quien conforme transcurren los días se “tambalea” como dirigente del PANALH, apareció sonriente junto a Jorge Hernández Araus, en la sede del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, cuando se confirmó nuevamente la postulación del político observado por la ASEH.

“Layín” fue dos veces edil de San Blas, y en su tercera postulación, hecha por Nueva Alianza, obtuvo una derrota; en tanto, Jorge Hernández estuvo al frente del Concejo Municipal de Cuautepec, en junio pasado se convirtió en alcalde electo, pero ante los comicios anulados por el robo de paquetería electoral, por tercera ocasión pretende con la venia del PANALH encabezar el municipio.

La segunda oportunidad que recibe este aspirante en Cuautepec, cuyas raíces políticas están en el tristemente célebre Grupo Universidad, es un claro desacato tanto de Morena como de Nueva Alianza a un pronunciamiento del ejecutivo hecho en su calidad de mandatario electo.

“No habrá segundas oportunidades para quienes cometan algún error en perjuicio de la sociedad”, fue la sentencia en 2022 del aún gobernante electo, sentencia que hoy parece no importar ni a Nueva Alianza que encabeza todavía Sergio Hernández, ni a Morena, cuyo presidente estatal es Marco Antonio Rico.

SE LO PONGO POR ESCRITO

Said Vargas, líder del magisterio hidalguense, logró reunir en Huejutla a más de 10 mil trabajadores de la educación; en Zempoala, la alcaldía y la dirigencia de Nueva Alianza, colocaron 500 sillas para un evento, pero recogieron doscientas porque solo llegaron 300 lugareños.

Preguntas: ¿En dónde estuvo la fuerza política del magisterio? Y ¿En qué municipio quedaron los “fieles” difuntos?

Juzgue usted.

Google News