Es una pena que el Instituto Nacional Electoral, a través de su Junta Local Ejecutiva en la entidad, no haya logrado, al menos hasta ahora, la realización de debates entre candidatas y candidatos al Senado de la República, aspirantes que desean “satisfacer” sus intereses personales, y hasta posiblemente, “representar” a Hidalgo ante el Pacto Federal.

A diferencia de hace seis años, cuando en 2018 compitieron por un escaño Darina Márquez, Angélica García (ya fallecida), Nuvia Mayorga, Julio Menchaca, Máximo Jiménez y Alejandro González, el INE Hidalgo, con José Luis Ashane al frente, si logró las condiciones para ese tipo de encuentros.

Incluso, el Sindicato Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Hidalgo, abonó a la realización de estos ejercicios, tal y como ahora lo está intentando.

Queda entre los registros de esos “pendencieros” diálogos, un conato de riña entre fundadores del extinto Partido Encuentro Social el PES.

En una esquina del salón Finestra, recinto de quinceañeras que pretendían convertir en “ring”, estaba el psicólogo zacatecano Natividad Castrejón, que renunció o “corrieron” del PES, y en la otra Alejandro González, que fracasó en el PES y políticamente fue “adoptado” por el PRI y los “mercenarios” Nueva Alianza y Verde Ecologista de México.

Fue al término de ese debate, cuando Alejandro González, sabedor de que había perdido ante Julio Menchaca, bajó del foro principal de Finestra, y sin más, retó a golpes a Natividad Castrejón, lo acusó de traidor y lanzó una serie de agresiones verbales en contra del zacatecano, que tampoco se quedó callado y le respondió igualmente enardecido; “se querían romper la madre”, muchos comentaron.

No, no llegaron a los golpes, sin embargo, Natividad Castrejón, ex operador político lo mismo de Xóchitl Gálvez, que de Miguel Osorio, José Guadarrama y José Antonio Tellería (ya extinto), consignó las agresiones verbales en sus espacios de comunicación virtuales.

Así, mientras el morbo por lo ocurrido se había apoderado del ambiente en una buena parte del salón, apartado de todo reflector, el entonces candidato de Morena al Senado, fue firme al rechazar ese tipo de conductas; Así me lo externó en ese momento.

Cierto es que los debates donde se privilegian las acusaciones, la diatriba, el insulto y hasta el circo, de nada sirven para la construcción de ciudadanía, porque ¿Quién no recuerda frases como el “hoy hoy hoy”, “la vestida” y hasta el “Ricky riquín canallín? ¿Sirvieron para erradicar la pobreza y la violencia en México?

Pienso que la ciudadanía está a favor de los debates útiles, de propuesta, y también de señalamientos sustentados, que ventilen errores, vicios y actos de corrupción de la clase política.

Pero, sobre todo, que sean interlocuciones de compromisos reales, que sirvan a la solución de los problemas que hasta hoy, ningún gobierno ha logrado resolver en nuestro país.

Por eso creo que la Junta Local del INE debiera ser menos pasiva, e insistir en la realización oficial de los debates que en otros años ya ocurrieron.

Y desde luego, que las y los candidatos al Senado y a las diputaciones, no huyan a esos foros, que no teman a que la sociedad se entere de sus incapacidades, aunque sean estas sus principales positivos.

SE LO PONGO POR ESCRITO

Hay una persona ex servidora pública, que a su salida del cargo dejó un “fétido desastre” en la responsabilidad que le habían encomendado, aunque los comunicados oficiales cuenten otra historia.

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