Este 22 de diciembre se celebró el Día del Policía y vale la pena analizar la figura de este personaje en México, pues se ha visto deteriorada con el paso de los años. Si bien antaño el agente era un personaje muy respetado, las nuevas generaciones han perdido esa imagen de autoridad.
El policía en nuestro país tiene una larga historia que se documenta a la época precolombina, pues ya en la cultura azteca, maya y texcocana alcanzaron un alto grado de desarrollo en el tema de policía, seguridad y justicia en general.
Con los aztecas, el policía era toda una autoridad y respeto, e incluso para su designación se hacía una ceremonia en los teocallis donde al policía o calpullec se le otorgaba un tipo de brazalete de tela que según el color le representaba su jerarquía y la zona de los barrios a los que era asignado.
Entre las funciones que tenía este policía de barrio azteca estaba mantener el orden y la vigilancia de las calles, además los vigilantes evitaban que no se tirara basura y que no invadieran personas de otros barrios a robar.
En una jerarquía superior estaban los Teachcacauhtin quienes eran policías de choque o los Tianquizpan que eran guardianes de los mercados.
Con la llegada de los españoles a América empezaron los cambios en la política, religión y la organización social de los nativos, estos cambios también se reflejaron en la manera de garantizar la seguridad pública y a manera de las costumbres españolas, los gobernadores designaron a un cuerpo de alguaciles, quienes tenían las funciones de policías y vigilantes de las calles, además de cumplir las órdenes de los virreyes, entre esas estaban las detenciones de algunos infractores de las leyes, ladrones e incluso homicidas.
A paso de los siglos y con los cambios en la fisionomía de las ciudades, también la imagen de los policías cambió. Las calles que eran alumbradas por faroles alimentados a base de un combustible, eran iluminadas por los policías que hacían sus rondines nocturnos y la gente empezó a llamarlos serenos y quienes llegaron a ganarse la estima de los habitantes.
Con la llegada del México independiente , y tras una época de bandidajes en caminos rurales y algunos poblados alejados, fue que se empezaron a gestar las fuerzas del orden a través de las policías municipales y rurales, así como las policías montadas.
En la época del porfiriato las fuerzas policiales se volvieron más duras, los castigos más severos y se les dotó a los agentes de armamento más efectivo como pistolas y carabinas que reemplazaron a las viejas cachiporras.
Finalmente luego de la Revolución fue que los cuerpos policiacos adquirieron su forma actual, tras conformarse las policías preventivas y de investigación.
Todavía en los años 50 y 60, los policías eran muy estimados por las ciudadanía, en fechas navideñas era común que la gente le diera regalos a los uniformados que vigilaban sus barrios y dirigían el tránsito en las calles con sus clásicos silbatos.
A pesar de la transformación que ha sufrido la policía desde su nacimiento, su imagen de autoridad permanece pese a los casos de corrupción que se han presentado desde el siglo pasado.
Es importante tanto por las autoridades, como por la misma sociedad, rescatar la imagen de la policía y reconocer su labor que a costa de todo, incluso su vida misma, lucha por garantizar la seguridad de la ciudadanía.
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