La fecha se ha cumplido y con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, algunos temores empiezan a materializarse. Una de las amenazas más preocupantes para los mexicanos es sin lugar a dudas las deportaciones masivas de migrantes asentados en territorio norteamericano.

El político y empresario neoyorkino de 78 años de edad por segunda ocasión llega a ocupar la Casa Blanca y tas una política agresiva durante su campaña, deja en la incertidumbre a millones de personas.

Entre los temas que más abordó Trump en los últimos meses ha sido el de México y sus migrantes, tal y como ocurrió en su campaña presidencial de 2016, había prometido una acción agresiva contra la migración, sobre todo de trabajadores mexicanos que a diario cruzan la frontera de manea ilegal. Entre esas medidas y como lema de esa campaña estuvo la construcción del muro fronterizo, el cual nunca se hizo, ya sea por cuestiones políticas o económicas.

Ahora el muro imaginario será ese incremento del 25 por ciento a los aranceles comerciales de México, lo cual es un duro golpe a la economía nacional.

Además, Trump con un marcado nacionalismo, ha mantenido su postura sarcástica para abordar los temas que tienen que ver con México lo cual ha desgastado la relación internacional. Uno de los casos más recientes y más comentados fue cuando el presidente electo señaló que el Golfo de México debería cambiar su nombre al Golfo de América (haciendo su alusión a Estados Unidos y no al continente).

Obviamente esto ha generado respuestas por parte del gobierno de México, pues la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum le reviró el comentario y dejó en ridículo al estadounidense al dale una cátedra de historia y señalar que Estados Unidos debería llamarse América Mexicana tal y como se llamó oficialmente hace 400 años, antes de que se constituyera la nación norteamericana.

Sheinbaum no se ha quedado callada a los embates de Trump, lo cual ha tornado áspera la relación, tanto así que la presidenta de la República no fue invitada a la toma de posesión de este lunes en Estados Unidos.

Pero esta bravuconada y hasta gesto grosero de Trump no deben incomodar a nuestra presidenta quien se ha mantenido firme ante las amenazas. La política exterior de México, como siempre, se mantiene fuerte y sus relaciones con las naciones siempre han sido cordiales salvo algunas excepciones.

Es muy probable que esta conducta agresiva de Trump cambie al paso de los meses, ya que, a pesar de representar a una de las naciones más poderosas del mundo, Estados Unidos necesita de sus relaciones comerciales con México.

Trump ante todo es un empresario y por lo mismo lo suyo es hacer grandes negocios, por lo que México es un importante socio para el desarrollo económico de Estados Unidos y pueda ser que las deportaciones masivas que tanto se han pregonado, no se concreten, tal y como ocurrió con el muro fronterizo y todo quede en sus clásicas bravuconadas.

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