Las nuevas generaciones han puesto de moda una frase que tal vez no sea del todo acertada o literal: relación tóxica.

Esto se refiere a una convivencia de pareja donde existen muchos problemas, calamidades y hasta maltratos, sin embargo también hay necesidades que al final hacen que la relación perdure. Amor apache le decían en mi época.

Pero más allá del modismo que se emplea, esta frase bien podría encajar en la relación que actualmente se tiene entre el Estados Unidos de Trump y México, pues pese a los malos tratos, insultos, desdenes y hasta amenazas del “novio güero”, lo cierto es que no puede vivir sin los mexicanos.

Durante las campañas políticas de Donald Trump en 2024, los ataques y amenazas hacia México fueron el estandarte de campaña, el tema de la migración y el crimen organizado eran el principal objetivo del candidato demócrata.

Ahora que el empresario neoyorquino ha llegado a la Casa Blanca parecía que las promesas se iban a cumplir, pues su inicio del mandato se notó muy agresivo y su postura no cambió respecto a México y el resto del mundo.

Entre las primeras medidas fue el reforzamiento militar en su frontera sur y se difundieron imágenes de los primeros migrantes que fueron deportados, los cuales iban encadenados al subir a l avión que los llevaría a su país de origen.

De este lado de la frontera, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum no se dejó intimidar y sin caer en el juego de Trump, supo responder con gran inteligencia, diplomacia y hasta sarcasmo, a los ataques verbales.

Sin embargo con el paso de los días, el tono agresivo disminuyó y Trump se notó más “accesible” con su socio comercial del sur e incluso, durante una intervención que tuvo en una reunión en Davos, Suiza, el mandatario estadounidense reconoció de que necesita acuerdos con el gobierno mexicano, pues dijo: “Estamos acordando con México, creo que vamos muy bien”.

Es claro que Estados Unidos necesita de México y a la inversa, pues por ser los principales socios comerciales, es impensable una ruptura que deje fuera a los migrantes, ya que son una fuerza laboral importantísima para las empresas y representa un bastión de la economía norteamericana, mientras que del lado mexicano, estos millones de trabajadores generan miles de millones en remesas para México.

De igual modo estas amenazas que Trump dio en su momento hacia México, tuvo un lado benéfico, pues se generó una unión y respaldo de los mexicanos hacia el gobierno mexicano y Claudia Sheinbaum.

Salvo vergonzosas excepciones de contados políticos y empresarios que desean el mal a México para entregar el control a Estados Unidos, se han cerrado filas en apoyo a la presidenta.

Del mismo modo se esperaba que se diera una preocupante y estrepitosa caída del peso frente al dólar, cosa que no ha ocurrido y que posiblemente no ocurra, pues levemente la moneda nacional se recupera poco a poco.

Habrá que esperar.

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