No sé, por más que lo pienso, simplemente no me cuadra que una discusión álgida de vestuario, tras un partido de Liguilla perdido, lleve a la separación definitiva de dos porteros importantes, que tienen contrato vigente. Sí, me refiero a Pumas.

Vivimos en un país donde el 40% de quienes se encuentran recluidos en una cárcel no tienen sentencia, y sin embargo, se acaba de aprobar la prisión preventiva oficiosa, con incremento de delitos que ameritan, sin juicio previo, prisión.

Los castigos deben ir de acuerdo a las faltas, en cualquier sistema que presuma de ser equilibrado. Usted no debería ir a la cárcel por sustraer unas galletas de la tienda de abarrotes, ni tampoco los porteros de Pumas deberían ser corridos por discutir al calor de la derrota, sin llegar a los golpes, dentro del vestuario y a los ojos exclusivamente de gente relacionada al club.

En la época de Ricardo Peláez como presidente deportivo de Chivas, se dio una indisciplina; grave, si usted lo quiere, con cuatro futbolistas. Chofis López, Alexis Peña, Dieter Villalpando (este sí, en su momento, acusado de abuso sexual en una fiesta) y Gallito Vázquez no volvieron a vestir el escudo del club. Se les dejó en libertad para contratarse. Los cuatro encontraron equipo: Pachuca, Cruz Azul, Necaxa y Toluca, respectivamente. Todos tuvieron torneos muy destacados en sus nuevos equipos y el primero logró el campeonato, en 2022, con los Tuzos.

Tiempo después, Alexis Vega y el Chicote Calderón cayeron también en indisciplinas durante su estancia en Chivas, en los tiempos de Paunovic; ambos fueron separados, por aparentemente ingresar mujeres a sus habitaciones durante la concentración para el partido en Toluca. En esta ocasión, el club negoció con sus futuros equipos (Toluca y América) para terminar el contrato y dejarles ir.

No sé si las faltas de todos estos jugadores de Chivas fueron indisciplinas graves, pero estoy seguro de que para el club significaron grandes pérdidas económicas. De cualquier manera, Chivas consideró —en su momento— que esa era la sanción correspondiente.

La prisión preventiva oficiosa es una medida cautelar que se determina de manera automática, sin un juicio de por medio. Es decir, una persona puede ser encarcelada sin que lo determine un juez y sin posibilidad alguna de defensa, hasta encontrarse ya dentro de prisión. Abusos y castigos desproporcionados, muy probablemente van a existir, así como cuantiosos ingresos a las diferentes cárceles del país, que no ampliarán sus espacios. Es decir: Sentencias (o no sentencias) que no serán de acuerdo con la falta cometida.

Hoy, ni Julio González, ni Gil Alcalá, porteros de comprobadísima calidad, tienen equipo, luego de una discusión dentro del vestuario. Pumas, sin embargo, contrató a un muy prominente portero mexicano/español (Alex Padilla) y el técnico ascendió a quien fue su tercer guardameta, Pablo Lara. Ambos, de muy buena calidad. Sin embargo, la justicia retributiva, como en Chivas, no se hizo presente y hoy tanto Julio como Gil pagan condenas excesivas por delitos menores, muy menores.

@felixatlante12 @felixunivision12

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