Es frecuente que El Líder Supremo ingrese al teatro de su exaltación mañanera anunciando que “hoy voy a tirar aceite”, expresión vernácula que significa que algo tiene tanto éxito que debe presumirse. Es una expresión curiosa, pues “tirar aceite”, que es un defecto de los automóviles viejos, se recicla como virtud en boca de un viejo vanidoso o un presumido.

Desde hace algunos años, El Líder Supremo anuncia cada semana que va a “tirar aceite”, pues va a presumir lo grandioso, exitoso, fastuoso y glorioso que es él, según una encuestadora norteamericana. “Hoy vine presumido, presumido, relajado, relajado”, anuncia con pudor fingido, pues todos sabemos que en realidad es muy modesto.

Esa tirada de aceite fue a tal grado majestuosa que hasta al Supremo le dio pena, por lo que trasladó la tirada de aceite a su vocero, el Lic. Jesús Ramírez Cuevas, quien procedió a leer dócilmente los primeros 30 presidentes encuestados: Nosotros traemos 69 a favor, 23 en contra y 8 indecisos.

Luego habla el Supremo: “Estamos en segundo lugar, o sea, nos hemos mantenido, desde que se lleva a cabo esta encuesta, en segundo lugar”. Y continúa “en una ocasión, pero por nada, no sé qué pasó en la India, y sí estuve en primero, una semana.” Y luego lee con su enervante lentitud: “Suiza, tercer lugar, 57 a favor, 22 en contra, 21 indecisos. Australia, cuarto lugar, 59 a favor, 28 en contra, 14 indecisos. Italia, 50 a favor, 42 en contra, ocho indecisos. Brasil, 49 a favor, 43 en contra y siete indecisos. Luego está Irlanda, 41, 42, y ahí es menos uno, con 17 indecisos. Luego el presidente Biden, 42-51, con siete...” Y así sigue leyendo hasta llegar a Corea.

La lectura de toda la lista toma varios minutos de tirar aceite, pero los invitados civiles y militares se aguantan y sonríen. Y cuando el Supremo termina de leer ordena a su Cácaro poner en su cinito “Los marcianos llegaron ya”, lo que hace felices a todos.

La encuestadora se llama “Morning Consult” (es decir, “consulta mañanera”) que mide, con una mezcla de Nostradamus y algoritmos, el grado de amor que ameritan los líderes. La empresa la dirige un joven llamado Kyle Dropp, especialista en “psicografía” que tiene 1,795 seguidores en X (habrá que suponer que El Líder Supremo fue el seguidor 1,794).

La semana pasada comenzaron los problemas. Primero se supo que la encuesta “se basa más en los datos de los gobiernos que en los de organismos no gubernamentales”. Chin. Y luego un compañero reportero dijo que la casa encuestadora “actualizó la lista de los mandatarios con mayor aprobación” y que López Obrador bajó un escalón, “siendo superado por el mandatario argentino Javier Milei”. Chin bis.

Y El Supremo Líder, que llevaba tres años presumiendo su sempiterno segundo lugar, optó por no decir nada. Y no sólo eso, sino que procedió a descalificar la metodología que antes le parecía adecuada y le ayudaba a tirar mucho aceite: “Yo lo atribuyo a que pues son encuestas telefónicas y por lo general los gobiernos de derecha tienen más aceptación de la clase media hacia arriba pues de la clase media hacia arriba es donde hay más teléfonos. Yo, por ejemplo, tengo más apoyo en las clases populares.”

Habrá ganado Modi, pues, pero de todos modos “el de Tepetitán, Macuspana, Tabasco, aldeano, tiene gran respeto y agradecimiento a nuestro pueblo, sobre todo a la gente humilde, a la gente pobre, que es muy solidaria, muy fraterna, muy agradecida, pueblo bueno”.

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