El 12 de enero de 2023 elementos de la fiscalía del Estado de México ingresaron en una nave industrial ubicada en el municipio de Tenango del Valle. Dos días antes habían logrado la detención de un líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en el Valle de Toluca y el sur del estado. Se trataba de un sujeto apodado El Pozolero o el 666. Lo habían detenido al lado de 9 cómplices.

Relacionados con casi un centenar de desapariciones ocurridas en el Edomex, los detenidos entregaron a las autoridades la ubicación de una fosa clandestina a la que habían ido a parar vendedores de droga no alineados con el CJNG.

Con ayuda de mazos y excavadoras, los investigadores exhumaron 42 paquetes que contenían los restos humanos de una mujer y 12 hombres a los que el Cártel Jalisco había desaparecido, desmembrado y sepultado bajo una plancha de concreto.

Un mes después, el 9 de febrero, una segunda célula del CJNG fue aprehendida en Lerma. La integraban 9 hombres que fueron detenidos con armas y chalecos militares que ostentaban las siglas del cártel. También los miembros de esa célula revelaron a las autoridades la existencia de una fosa clandestina en la zona boscosa de Ocoyoacac.

De aquella fosa emergieron 46 paquetes con restos. Fue posible identificar que pertenecían a 13 hombres y una mujer.

Tres meses antes la detención de 17 miembros del CJNG había permitido la ubicación de un domicilio en el Valle de Toluca en el que las autoridades localizaron seis cuerpos más.

Eran señales del avance del Cártel Jalisco en el Edomex y de su brutal estrategia para arrancarle territorios a la Familia Michoacana, luego de que los líderes de esta organización, señalados por la DEA y convertidos en objetivos prioritarios del gobierno federal tras la matanza de San Miguel Totolapan –cuyo saldo fue de 20 muertos— se vieran obligados a replegarse (o al menos, eso dicen las autoridades), abandonando los cuarteles generales que se hallaban en sus zonas de confort.

En 2015 la presencia del Cártel Jalisco había sido detectada en el municipio de Valle de Chalco Solidaridad. En unos años la organización expandió su dominio a Tecámac, Atlacomulco, Tenancingo, Ixtapaluca, Melchor Ocampo, Atizapán, Coatepec Harinas, Huehuetoca, Tenango del Aire, Chimalhuacán, Acolman y Santiago Tianguistenco.

En marzo de este año, tres hombres ingresaron en una vivienda de la colonia Ancon, en Los Reyes La Paz. Ahí descuartizaron a un hombre y tiraron sus restos al oriente del Estado de México. Al ser detenidos días más tarde se confirmó que eran miembros de una célula del Cártel Jalisco dedicada al secuestro, el narcomenudeo y la extorsión.

El avance incontenible de las células de esta organización se ha expresado a través de ejecuciones y narcomantas, de la operación de bandas locales que han comprado su franquicia –y a las que el cártel dota de hombres, armas, vehículos--, y de su alianza con otros grupos criminales, como la Unión Tepito, que han contribuido a sus planes de expansión.

De acuerdo con autoridades estatales, el CJNG se ha desplegado en 40% del territorio mexiquense, empujando y aplastando a la Familia Michoacana, que sin embargo sigue operando y disputando 75 municipios.

En los últimos meses, operadores del Cártel Jalisco han sido detenidos en todas las regiones del Edomex: en el norte, en el noreste, en el oriente, en el sur.

Señales de una disputa que ha dejado a su paso miles de muertos, así como una estela de secuestros, extorsiones y cobros de piso: la vida cotidiana para los felices habitantes del Edomex.

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