El miércoles 20 de septiembre y el domingo 1 de octubre, el Estado de México fue la entidad del país con mayor número de homicidios dolosos.

Desde el día mismo en que tomó posesión del cargo, la nueva gobernadora Delfina Gómez fue recibida con un baño de sangre: ese 16 de septiembre se registraron en el Edomex 15 ejecuciones.

En los 20 días que la gobernadora lleva al frente de la administración, se han reportado cinco en los que ocurrieron más de 10 homicidios.

En esas escasas semanas, en el Edomex se acumulan —según el reporte diario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Sedena, la Semar y la Fiscalía General de la República­—, más de 160 asesinatos.

Gómez recibió un estado desbordado por el crimen, en donde operan 19 organizaciones criminales, en donde la Familia Michoacana ha extendido su presencia en 60% del territorio estatal, en donde el Cártel Jalisco Nueva Generación pelea el control de 40 municipios, y en donde se registra el mayor número de homicidios de alto impacto.

Semanas antes de su llegada, en un hecho sin precedentes, un cadáver fue colgado en un puente del Paseo Tollocan, en plena del capital del estado y varios restos descuartizados fueron abandonados en distintas colonias.

Dado que nunca había ocurrido en la capital, todo aquello fue leído por expertos y analistas de seguridad como un mensaje dirigido a la nueva administración.

Antes de la toma de posesión, Gómez presentó al funcionario que había designado para hacerse cargo de la Secretaría de Seguridad: Andrés Andrade Téllez, un protegido del general Audomaro Martínez, sin experiencia policial.

El día en que fue presentado ante la corporación que iba a encabezar, Andrade Téllez fue abucheado. Llegaba al cargo sin el respeto de los mandos policiacos en la entidad más conflictiva del país, y arrastraba —para empeorar aún más las cosas—, la desconfianza de la cúpula militar y de diversos funcionarios del gabinete de seguridad.

Andrade Téllez había iniciado el sexenio de López Obrador como director de Recursos Materiales y Servicios Generales del Centro Nacional de Inteligencia, CNI, el cual ocupó solo durante 17 meses.

En un pleito que nunca fue aclarado, el entonces secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, acusó a Andrade y a otros tres funcionarios de sustraer información del CNI, de copiarla en dispositivos USB y de filtrarla para beneficiar a grupos de la delincuencia organizada.

Detrás de Andrade Téllez, según la información que había llegado hasta el escritorio de Durazo Montaño, había un historial oscuro, relacionado con la compra, a sobreprecio, de servicios de software, y con la contratación poco transparente de “asesoría y mantenimiento de equipo tecnológico y de comunicación”.

El funcionario fue despedido por presiones de Durazo (renunció “por motivos personales”) y se abrió una carpeta en la Fiscalía General de la República.

El general Audomaro lo rescató cuando Durazo se fue a perseguir la gubernatura de Sonora. Andrade Téllez regresó al CNI al frente de la coordinación general de Sistemas Tecnológicos Especializados del Centro Nacional de Inteligencia. Simultáneamente, la Fiscalía General de la República lo exculpó de las acusaciones y cerró la carpeta.

Andrade Téllez volvió a la operación de sistemas tecnológicos y de combate al crimen organizado. Según una nota de la revista Contralínea, entre sus logros figura haber logrado “ahorros y economías sustanciales en las contrataciones hechas por ese órgano de seguridad nacional”:

“Un ejemplo de estos ahorros fue la cancelación de un contrato de arrendamiento de un edificio de nueve pisos en la calle Patricio Sanz por 10 millones 676 mil 340.72 pesos anuales; otro ahorro fue la reducción de contratos de arrendamiento de vehículos por 16 millones 944 mil 710.55 pesos por año”.

Gracias a sus esfuerzos, el CNI dejó “de depender de proveedores externos y promovió el desarrollo de tecnología propia para fortalecer la soberanía tecnológica”.

Hace unas semanas Carlos Loret dio a conocer la molestia del secretario de la Defensa Luis Cresencio Sandoval con el titular del CNI a consecuencia del nombramiento de Andrade Téllez como secretario de Seguridad del Edomex. El periodista dejó entrever la existencia de nuevos contratos oscuros que estarían beneficiando al hijo del general Audomaro, “muy amigo” del nuevo encargado de la seguridad pública en el Edomex.

A la pugna entre los generales, se agrega el serio distanciamiento entre el secretario Andrade y los principales mandos policiacos. Mientras tanto, el fin de semana pasado, en días en que la gobernadora se iba de gira con el presidente, 24 nuevos asesinatos se registraron en el Estado de México.

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