Las ceremonias de inauguración de los juegos olímpicos normalmente son muy emotivas. Se hace un enorme esfuerzo por proyectar la armonía entre las naciones a través de un evento deportivo global que incorpora no solo a los países miembros de la ONU, sino a otras delegaciones. Lamentablemente, a veces, los juegos olímpicos no solo no terminan por ayudar en la resolución de ciertos conflictos, sino que son empleados como herramientas para continuar librándolos. Otras veces, los conflictos entre gobiernos o países, o incluso los rencores nacionales, se manifiestan entre los propios deportistas. Olimpismo y deporte no son sinónimos. Es verdad que el deporte, como actividad física y social puede contribuir con la paz. Sin embargo, el movimiento olimpista moderno, como propuesta ideada por el Barón de Coubertin, en ocasiones se ha visto entretejido con factores geopolíticos, por lo que sus ideales de diálogo y armonía global no han sido siempre alcanzados. Distinguir lo primero de lo segundo resulta esencial para las personas interesadas en el tema de la paz. En esta ocasión, los juegos olímpicos de París se presentan en un contexto de dos guerras mayores y con la violencia terrorista nuevamente en crecimiento. Dedicamos el texto de hoy a hablar acerca de algunos de esos temas.
Deporte y paz
Entender la paz y cómo se alcanza puede abordarse desde distintas perspectivas teóricas. Si se define como ausencia de guerra o violencia, podríamos aplicar teorías sobre cómo las naciones pueden evitar confrontarse. Sin embargo, si miramos la paz desde su ángulo positivo como cohesión, colaboración e integración, entonces la paz se torna en una condición por la que se debe trabajar para promover los factores que asocian, vinculan e integran a los seres humanos. Pero la paz o la guerra no son conceptos fijos sino fluidos, construidos histórica, social y culturalmente. Es desde esta visión que el deporte ha mostrado ser un eficiente constructor de cohesión social.
No obstante, deporte y olimpismo no son términos intercambiables. El olimpismo busca cooperación internacional a través de competencias globales, mientras que el deporte es cualquier actividad atlética competitiva con reglas claras. El olimpismo usa el deporte como herramienta, pero termina influenciado por la política internacional. El deporte, como actividad humana, sí puede facilitar la comunicación, promover el respeto y la justicia, y tiende a ser igualitario en tanto que fortalece el respeto a reglas, límites y libertades en igualdad de circunstancias. Sin embargo, no debe sobreestimarse su capacidad para fomentar la paz. La actividad deportiva puede ser afectada por la política y las relaciones de poder, y no es una panacea. Esto ha ocurrido con los juegos olímpicos de muy distintas maneras a lo largo de la historia. Pero enfoquémonos en París 2024.
París 2024: contexto geopolítico y riesgos
Los juegos olímpicos de París se estarán celebrando en el contexto de dos guerras mayores, así como en medio de muchos otros conflictos armados en curso (mucho menos presentes en los medios) y un ambiente de creciente rivalidad entre las superpotencias, además de una nueva escalada en la amenaza del terrorismo global. En ese entorno, algunos de esos aspectos pueden manifestarse en las competencias en mayor o menor grado. Menciono solo los siguientes:
1. La guerra en Ucrania y la rivalidad Rusia-OTAN. No es la primera ocasión en que la geopolítica global se hace presente en los juegos olímpicos. La participación de Rusia en el movimiento olímpico ha disminuido drásticamente debido a escándalos de dopaje desde 2014 y la condena internacional tras la invasión de Ucrania en 2022. Para los juegos de París, el COI permitió la participación de algunos atletas rusos solo como “neutrales”, sin bandera ni himno nacional, y prohibió participar “a aquellos que apoyan activamente la invasión o que han servido en el ejército ruso”. Estas restricciones fueron rechazadas por los oficiales rusos y varias federaciones y atletas anunciaron que no competirían. Esta es la participación más reducida de Rusia en unos juegos olímpicos de verano desde 1984, cuando la URSS boicoteó los juegos de Los Ángeles (antes de ello, en 1980, Washington había boicoteado los juegos de Moscú). Pero esta es la primera vez que se celebran unos juegos olímpicos desde la invasión rusa a Ucrania, y tenemos que entender que, mientras los atletas están compitiendo, hay batallas en curso y gente muriendo en esas hostilidades, además de una gran animadversión contra Rusia tanto en Francia como entre sus aliados occidentales. Moscú está encuadrando todo lo que sucede con sus delegaciones deportivas como parte de la guerra existencial de la OTAN en su contra. Los juegos no serán proyectados ni cubiertos en medios oficiales rusos y poca atención se prestará a ellos en ese país.
Así que podemos esperar no solo la ausencia relativa de Rusia en los juegos (solo hay 15 deportistas rusos registrados como “neutrales), sino también otro tipo de manifestaciones políticas al respecto, tanto por parte de participantes como por parte de espectadores.
2. La rivalidad China-EU (y Occidente). Este tema se manifestó con claridad durante los juegos olímpicos de invierno en Beijing 2022. Washington organizó un boicot diplomático (no deportivo) contra los juegos debido a los “genocidios y crímenes contra la humanidad” cometidos por China en Xinjiang, además de las violaciones a derechos humanos en Hong Kong. Este boicot fue apoyado por aliados como Reino Unido, Australia y Canadá, quienes comparten la agenda geopolítica contra Beijing, además de otros países que enviaron delegaciones deportivas, pero no funcionarios o representantes oficiales. Aunque el tema de derechos humanos puede ser cuestionable debido al respaldo de EU a gobiernos con malos récords en ese rubro, la realidad es que la confrontación entre esas superpotencias ha seguido escalando. Los países que boicotean buscan impactar negativamente en la imagen o intereses del país organizador. China, en respuesta, buscó demostrar que el boicot había fracasado. Beijing recibió con honores a más de 30 líderes, incluyendo al secretario general de la ONU, al director de la OMS, y a líderes de Europa, América Latina, África y Asia. Entre los invitados destacaron líderes de monarquías del Golfo Pérsico, como el emir de Qatar, el príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman, y el príncipe heredero de Emiratos Árabes Unidos, todos socios estratégicos de EU. Y por supuesto, sobresalió la cercanía entre Beijing y Moscú, con Vladimir Putin encabezando la lista de líderes asistentes y reuniones privadas con Xi Jinping antes de los eventos inaugurales, sellando su amistad sin límites apenas unos días antes de la invasión rusa a Ucrania.
Esta vez los juegos tienen lugar en Francia, un país aliado de EU y miembro de la OTAN, pero la competencia entre Occidente y China tendrá también sus propias formas de manifestarse. Lo deportivo es apenas uno de los aspectos en donde el poder de las naciones se proyecta.
3. La guerra en Medio Oriente. En este otro conflicto, lamentablemente también habrá una gran cantidad de personas muriendo mientras los juegos transcurran. Además, este tema en especial ha provocado manifestaciones muy vocales en distintos ámbitos que van desde universidades hasta foros políticos o artísticos. Así que, con alta probabilidad, París será escenario de expresiones similares tanto en las calles como, quizás, en los foros de las competencias. Pero es necesario distinguir estas manifestaciones pacíficas de otro tipo de expresiones violentas. De todas esas expresiones, una en particular—el terrorismo—tiene a las autoridades francesas con los pelos de punta.
4. El terrorismo
a. Recordar que el terrorismo no es cualquier clase de violencia o expresión de resistencia. El terrorismo es una categoría diferente, una táctica muy específica empleada por actores concretos, la cual se caracteriza por utilizar la violencia contra civiles o actores no combatientes únicamente como instrumento para provocar terror en terceros y a través de ese terror canalizar un mensaje o reivindicación, impactar sobre actitudes, opiniones o conductas, ejercer presión psicológica o política y avanzar las metas percibidas del atacante o el grupo político, ideológico o religioso al que pertenece.
b. Para poder lograr su objetivo, los actores terroristas necesitan que el canal a través del cual viaja la comunicación de la violencia y el mensaje político, sea lo más eficaz, veloz y amplio posible. Es debido a eso que los juegos olímpicos ofrecen una plataforma ideal para tales efectos y por ello, este tipo de eventos internacionales han sido empleados con esa meta en el pasado.
c. Estamos ante una nueva ola de crecimiento de la violencia terrorista global. En especial, una de las ramas de ISIS, la filial originaria de Afganistán (conocida como ISIS-Khorasan, ISIS-K o ISKP) ha manifestado en los últimos meses tener capacidad operativa internacional para generar amenazas creíbles de atentados. Los ataques de esta filial en concreto han llegado hasta sitios como Irán o Rusia, pero también se han desmantelado planes para cometerlos en distintas partes de Europa y también en EU. ISIS-K es una de las organizaciones que están siendo tomadas con mayor seriedad en Francia para este evento deportivo.
d. Además del riesgo de esas organizaciones jihadistas, en los últimos meses autoridades europeas han descubierto y desmantelado planes para cometer atentados por parte de otras agrupaciones o personas que se dicen afiliadas a Hamás o a Hezbollah. De hecho, se estima que la alerta terrorista se encuentra en uno de los mayores niveles a causa de estas u organizaciones afines, quienes están dispuestas a atacar no solamente a objetivos israelíes o judíos, sino también a países que respaldan en mayor o menor medida a Israel. Hay ya circulando videos en las redes con amenazas de actores que afirman pertenecer a este tipo de agrupaciones. Estos videos pueden tener mayor o menor grado de credibilidad, pero independientemente de ello, al provocar terror, solo a través de la amenaza, ya se consigue uno de los mayores objetivos al respecto.
e. Esto es porque el evento deportivo es empleado como plataforma y la amenaza como herramienta para difundir el mensaje político deseado, conseguir seguidores duros (personas que aprueban los métodos empleados por esas agrupaciones para conseguir sus fines) y seguidores blandos (personas que no aprueban sus métodos, pero sí sus metas).
f. Eso se conecta con otro tipo de riesgo o amenaza: los “lobos solitarios”, personas que no pertenecen o se afilian a alguna agrupación, pero que cometen ataques a nombre de ella o a nombre de alguna ideología específica. Con un matiz. Hoy en día, existe una importante actividad de reclutamiento e incluso capacitación en línea de este tipo de actores. Así que alguien puede iniciar como lobo solitario y posteriormente formar parte de las filas virtuales de una organización. O puede simplemente emplear información en línea y seguir actuando en solitario. Cualquiera que sea el caso, si existe la motivación, la historia de los últimos años nos enseña que la capacidad de estos actores para provocar daños (sobre todo efectos psicosociales y políticos) es enorme.
g. Por último, el terrorismo islámico no es el único riesgo. En los últimos años, por ejemplo, se ha visto un fuerte crecimiento de terrorismo perpetrado por personas de extrema derecha o supremacistas entre otras ideologías. Los juegos olímpicos pueden servir también como plataformas para éstas.
h. Así que ya sea a través de la actividad de organizaciones, como reclutas virtuales o como personas actuando completamente en solitario, las amenazas de terrorismo en estos juegos olímpicos en particular tienen a Francia en alerta desde hace varias semanas por este tipo de riesgo.
De última hora, sabotaje a líneas de trenes en Francia
Después de escribir este texto supimos que el viernes, una serie de incendios intencionados coordinados causaron interrupciones en tres líneas de tren de alta velocidad en Francia, generando caos en los viajes justo el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París. Se prevé que el servicio de trenes se vea afectado durante todo el fin de semana, alterando los planes de más de un millón de personas, entre ellos vacacionistas franceses, atletas olímpicos y turistas. Al momento de este escrito las autoridades francesas hablan de sabotaje intencionado y de un “acto criminal”. Para poder definir si este es un acto terrorista se deberá determinar quién es el grupo u organización que planeó y ejecutó estos actos y cuáles son sus motivaciones. No hay, afortunadamente, víctimas mortales ni heridos por este acto, pero el terrorismo por definición no requiere que ello ocurra. Si hay uso de violencia o amenaza del uso de violencia con el objeto de crear terror, impulsado por una motivación política, y se usa el terror como canal de comunicación o propaganda, el acto cabe dentro de la definición de terrorismo. Hasta el momento de este escrito no hay definiciones al respecto. Estaremos pendientes para más actualizaciones.
Esperamos por supuesto que todo esto quede meramente en el anecdotario de unos juegos olímpicos que se distingan por la armonía y la competencia deportiva. Pero el mundo vive tiempos complicados, debido los temas que menciono y por muchos otros que no alcanza el espacio para destacar en este momento, y los eventos globales no pueden vacunarse de lo que ocurre en el entorno en el que se llevan a cabo.
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