México fue anfitrión de su propia victoria en la Copa Confederaciones de 1999. Hace , una asombrosa alineación nacional dominó al Brasil de Ronaldinho y ganó su primer torneo internacional en la cancha del Estadio Azteca.

En un atropellado y candente partido, la selección mexicana ganó 4 a 3 a la poderosa escuadra brasileña, entonces subcampeona del Campeonato Mundial de Fútbol. Figuras como Cuauhtémoc Blanco, Rafael Márquez o Francisco Palencia fueron artífices de tal victoria, una de las pocas importantes que el equipo nacional ha regalado a sus aficionados.

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Jorge Campos en el duelo México-Brasil, 1999. La selección brasileña era campeona de la Copa Confederaciones 1997, por lo que estuvo cerca del bicampeonato. Foto: Jorge Ríos/Archivo EL UNIVERSAL.
Jorge Campos en el duelo México-Brasil, 1999. La selección brasileña era campeona de la Copa Confederaciones 1997, por lo que estuvo cerca del bicampeonato. Foto: Jorge Ríos/Archivo EL UNIVERSAL.


Sólo dos equipos dominaron la Confederaciones 1999

La cuarta entrega de la Copa Confederaciones inició el 24 de julio de 1999, bajo la organización de la FIFA y con México como anfitrión del torneo. Los juegos se realizaron en dos sedes, el Estadio Jalisco, en Guadalajara, y el Estadio Azteca, en el entonces Distrito Federal.

Los ocho contrincantes fueron México, Estados Unidos, Brasil, Alemania, Nueva Zelanda, Arabia Saudí, Egipto y Bolivia, todos campeones o subcampeones de sus respectivos torneos internacionales.

Desde la fase de grupos, Brasil y México destacaron como contrincantes a vencer, aplicando varias golizas en sus encuentros. Al término de la clasificación, los brasileños tenían tres partidos ganados y la selección nacional acumuló dos victorias y un empate.

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Con la etapa de semifinales, México eliminó a Estados Unidos en un complicado partido que terminó 1 gol a 0, en tiempos extra. Por el otro lado, Brasil la tuvo más fácil en su eliminación contra Arabia Saudí y dejó un marcador muy holgado de 8 a 2.

Así se decidió la final de la Copa Confederaciones 1999, con las dos escuadras más poderosas de América disputándose el torneo de la FIFA.


“México, el rival más incómodo”

En su edición del 4 de agosto de 1999, día de la final, EL UNIVERSAL recabó algunas impresiones de las selecciones contrincantes previo a su duelo en el Estadio Azteca.

El entrenador de Brasil, Vanderlei Luxemburgo, aseguró que la ventaja de México como local no afectaría el desempeño de sus jugadores, pues “se adaptan rápidamente a las condiciones y en cuanto a la presión de los aficionados, ya están acostumbrados a jugar así”, comentó.

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A pesar de tal seguridad, el entrenador brasileño consideró a México como “el oponente más incómodo de este torneo, que incluso juega por encima de Estados Unidos y Alemania”.

Del lado mexicano, el entrenador Manuel Lapuente sostuvo que su escuadra “no puede compararse con Brasil. Esto no es un juego de comparaciones, hablamos de un partido de fútbol. Como poderle ganar, se le puede ganar a Brasil y estamos preparados para ello”.

“Brasil sabe tocar la pelota, sabe dominar el terreno, sabe dominar la cancha […] Pero estamos optimistas; si no fuera así no estaríamos aquí”, concluyó el entrenador mexicano.

Aunque México tenía una racha prometedora en la Confederaciones, su desempeño pasado frente a la escuadra brasileña no era tan esperanzador. Según EL UNIVERSAL, para 1999, ambas selecciones tuvieron 25 enfrentamientos futbolísticos, de los que México apenas dominó dos, contra 19 derrotas y cuatro empates.

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Los números de Brasil eran mucho más alentadores, metiendo 53 goles a México entre todos sus enfrentamientos y apenas recibiendo 18.

Cuauhtémoc Blanco permanece en el suelo, mientras Serginho le grita por “fingir” su caída. El delantero americanista pudo tener dos goles durante la final contra Brasil y recibir el Balón de Oro por máximo goleador, pero una de sus anotaciones fue anulada al minuto 15 por una aparente posición adelantada. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Cuauhtémoc Blanco permanece en el suelo, mientras Serginho le grita por “fingir” su caída. El delantero americanista pudo tener dos goles durante la final contra Brasil y recibir el Balón de Oro por máximo goleador, pero una de sus anotaciones fue anulada al minuto 15 por una aparente posición adelantada. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Victoria cardiaca en el Estadio Azteca

Según consideró este diario, ni los buenos resultados que la selección nacional tuvo en fase de grupos y semifinales o la ventaja de ser local elevarían las pocas posibilidades de que México arrebatara el triunfo a los brasileños.

El encuentro principal de la Copa Confederaciones llegó el miércoles 4 de agosto de 1999, en el Estadio Azteca. El duelo inició a las 9:30 de la noche, en un recinto con miles de mexicanos, para desventaja anímica de los sudamericanos.

Entre las alineaciones estuvieron algunas estrellas de gran fama futbolística. México salió al campo con Jorge Campos como portero, Rafa Márquez de defensa, Pável Pardo de mediocampista, Cuauhtémoc Blanco y Francisco Palencia como delanteros, con Manuel Lapuente como entrenador.

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Por el lado brasileño estuvo Dida en la portería, Serginho de defensa, Zé Roberto en el medio campo y Ronaldinho como flamante delantero, todos bajo el mando de Vanderlei Luxemburgo.

El encuentro inició con gran animosidad y un sorpresivo dominio de la selección nacional. Los jugadores mexicanos asombraron a sus contrapartes y a sus mismos aficionados, ejecutando ataques a la portería brasileña con gran coordinación.

El primer gol del partido fue para México, minuto 12, obra del mediocampista Miguel Zepeda, lo que encendió las esperanzas de más de cien mil aficionados congregados en el Azteca.

Apenas 15 minutos después, el delantero mexicano José Manuel Abundis anotó el segundo gol de la noche y aumentó la animosidad entre ambos equipos, con varias faltas y zancadas entre los jugadores.

El Estadio Azteca estaba listo para irse al medio tiempo con un marcador 2 a 0, pero México se enfrentó a una exagerada caída de Ronaldinho en área chica, a causa de un inoportuno arrimón del mediocampista mexicano, Germán Villa.

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La decisión del árbitro de otorgarle un cuestionable penal a la escuadra sudamericana ayudó a Serginho, delantero brasileño, para anotar el primer tanto de su equipo al minuto 43.

Tras el periodo de descanso, Brasil no perdió el tiempo e inició la segunda parte del partido con una impresionante anotación del delantero Roni, al minuto 47. El marcador iba 2 a 2 y el Coloso de Santa Úrsula tembló.


Como un merecido respiro para los aficionados nacionales, Miguel Zepeda brilló de nuevo y colocó su segundo gol en la final de la Copa Confederaciones, tras anotar en el minuto 50 y poniendo a México 3 a 2.

El cronómetro continuó su curso y al minuto 61, llegó la anotación final para la selección de Miguel Lapuente, gracias al ídolo americanista, Cuauhtémoc Blanco. El número 10 del equipo mexicano fintó a varios jugadores de Brasil y logró unos de sus mejores goles.

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Su festejo perdió esplendor cuando la escuadra brasileña no dejó pasar los segundos para anotar su tercer gol, obra del mediocampista Zè Roberto, al minuto 62. Los jugadores y aficionados de 1999 no lo sabían, pero ya no hubo más anotaciones tras el tanto de Roberto y en el campo sólo quedaron agarrones y faltas entre las escuadras.

Al minuto 90+2 del partido, el jugador brasileño Joao Carlos salió expulsado tras barrer de forma deliberada a Cuauhtémoc Blanco, a sólo segundos de tener seguro el destino de la Copa Confederaciones. Poco tiempo pasó para que el árbitro sellara la final y diera la victoria a México, un suceso que marcó la historia futbolística nacional.


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