Ante las puertas de un nuevo gobierno encabezado por Donald Trump en la Casa Blanca y con sus recargadas amenazas antiinmigrantes, vale la pena recordar que la migración mexicana ya tuvo oscuros momentos en décadas pasadas.
A fines de los años 20 se propuso la llamada Ley Box, un proyecto legislativo que limitaría las visas para nuestros compatriotas y disminuiría su presencia en Estados Unidos, algo que entonces parecía la peor ofensa.
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Garita entre Arizona y Sonora, 1930, uno de los primeros puntos de vigilancia en la frontera con México. En 1917, EU estableció un reglamento para migración y aplicó una prueba de comprensión lectora a extranjeros mayores de 16 años como requisito para ingresar, con el fin de no recibir personas analfabetas. Foto: Wikimedia Commons
En 1926, el congresista texano John Box propuso reformar la Ley de Inmigración y redactó el llamado Proyecto Box, enfocado a limitar el paso de mexicanos hacia Estados Unidos y permitir sólo el 2% de visas, como ya ocurría con los europeos.
Siendo una década donde floreció el nacionalismo y la eugenesia –corriente ideológica que protege la “pureza” de la raza–, pareció adecuado denigrar a los trabajadores mexicanos que daban riqueza y resultados al capitalismo estadounidense, cuando apenas unos años antes eran la mejor mano de obra para su creciente economía.
La Ley Box nunca vio la luz del día, pues el congreso estadounidense desechó su aprobación, pero eso no evitó que los temores y prejuicios contra mexicanos se desataran del otro lado del Río Bravo.
La intención de Box era tener menos mexicanos en Estados Unidos
Desde principios del siglo XX, la famosa Estatua de la Libertad recibía miles de embarcaciones cargadas con inmigrantes de Inglaterra, Italia, Rusia y otras zonas europeas, todos esperanzados por encontrar una mejor vida en Estados Unidos.
La costa este de la Unión Americana vio con desagrado el crecimiento de población extranjera en sus vecindarios y más cuando aparecieron los migrantes asiáticos.
Ante el aumento desmedido de “visitantes indeseados”, los congresistas Albert Johnson y David Reed propusieron la Ley Johnson-Reed o Ley de Inmigración, una legislación para limitar la entrada extranjera hacia Estados Unidos. Dicho proyecto vio la luz en 1924, con gran apoyo de facciones eugenistas y racistas como el Ku Klux Klan.
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De acuerdo con Louis Bloch, en su texto Facts about mexican immigration before and since the quota restriction laws, la Ley de Inmigración estableció que, por año, sólo se daría visa al 2% de nuevos migrantes europeos, tomando en cuenta la cantidad de conciudadanos que ya estuvieran en suelo estadounidense.
Es decir, si el gobierno estadounidense contabilizó 50 mil ingleses ya establecidos en la Unión Americana, a partir de 1924 sólo entrarían mil más. En el caso de asiáticos como japoneses o chinos, su entrada quedó prácticamente prohibida.
La legislación Johnson-Reed atacó la migración proveniente del Atlántico, pero no alteró el creciente flujo de latinoamericanos que entraban por la frontera sur. Viajeros de México, Canadá, Cuba, Haití, República Dominicana, Panamá y de cualquier otra nación independiente de América eran “non quota” o “migrantes sin cuota”.
Estos migrantes eran la principal mano de obra barata para cultivos, industrias y obras de modernización. Estados como Texas, California y Arizona tenían las mayores concentraciones de latinoamericanos, así como crecientes posturas racistas.
Caricatura en EL UNIVERSAL, 1930. Según informó este diario, la mayoría de los migrantes mexicanos salían de Jalisco, Michoacán, Zacatecas y zona centro; para las autoridades nacionales, la mejor opción para enfrentar la Ley Box era que permitiera la salida de ciudadanos sólo cuando ya tuvieran contrato en EU. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Para tener idea del flujo migratorio, Marshall Roderick, en su texto “Box Bill”: política pública, etnicidad y explotación económica en Texas, estimó que un millón 500 mil migrantes mexicanos cruzaron la frontera estadounidense entre 1890 y 1929.
La gran mayoría huyó de la violencia revolucionaria o de las pésimas condiciones de trabajo promovidas por el Porfiriato y los capitalistas estadounidenses vieron como gran ventaja contratar toda esa mano de obra para catapultar sus industrias.
De acuerdo con Fernando Alanís Enciso, en su texto La Ley Box y la prensa mexicana, la intención de John Box era dar visa sólo a mil 500 mexicanos por año, tras considerarlos “una amenaza económica y social por afectar a pequeños productores agrícolas al bajar los costos de producción de las grandes empresas”.
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Según Alanís Enciso, la Ley Box denominó a nuestros compatriotas como “inferiores”, tildándonos de “personas poco convenientes para ingresar a Estados Unidos”.
Nota del 21 de mayo de 1929, con el “aplazamiento” de medidas contra mexicanos por la Ley Box. De acuerdo con nuestras fuentes, John Box creció en un “entorno de pequeños agricultores racistas y de violencia anglosajona contra mexicanos”, al grado que su comunidad amenazó de muerte a migrantes. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Los mexicanos serían “visitantes indeseables” ante la Ley Box
EL UNIVERSAL mencionó por primera vez el polémico Proyecto Box en su edición del 19 de febrero de 1928, advirtiendo de posibles acciones que encabezarían empresarios y dueños de cultivos para hacer fracasar la propuesta, pero también informó que buena parte de la población estadounidense estaba de acuerdo con las restricciones.
Para comienzos de marzo de ese año, este diario publicó los primeros debates sobre la Ley Box en la Cámara de Representantes, donde dirigentes de facciones radicales aseguraron que México “está lleno de chinos y japoneses”, por lo que tener frontera abierta al sur de Estados Unidos sería peligroso.
También se afirmó que “el migrante mexicano es perjudicial por ser socialista o comunista, además de arrebatar el trabajo a los braceros norteamericanos. El migrante de México no viene a buscar trabajo, sino a difundir teorías radicales, de las cuales está saturada la mente de esos trabajadores”.
Aquellos radicales nacionalistas argumentaron frente a los congresistas que nuestros connacionales siempre vivían en el más “bajo nivel de vida”, factor que los convertía en “indeseables”, por la falta de educación y modales.
Casi un año después, el 17 de febrero de 1929, esta casa editorial advirtió sobre nuevas propuestas dentro del proyecto de John Box. Además de la limitación del número de visas, el congresista texano exigió un nuevo impuesto para aquellos mexicanos que vivieran en nuestro territorio y se trasportaran diario a los Estados Unidos para trabajar.
Bajo su nueva propuesta, los mexicanos que entraran y salieran de suelo estadounidense debían pagar 18 dólares –no se sabe bajo qué periodicidad– para seguir con empleo o libre tránsito, sin importar edad o sexo.
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Según cálculos de EL UNIVERSAL, entre 1923 y 1928, la economía mexicana recibió 80 millones de pesos por concepto de remesas, siendo uno de los factores que avivó las posturas antiinmigrantes por ser dinero que no se quedó en Estados Unidos.
Para los años 20, los requerimientos para el acceso legal a Estados Unidos incluían el pago de 10 dólares por derecho de entrada y misma cantidad para la visa; se debía presentar un certificado de buena salud y conducta, y “una promesa formal de que no serán una carga para el Estado”. Foto: Wikimedia Commons.
Los inmigrantes mexicanos sufrieron rechazo y “desaires”
Para el 3 de febrero de 1930, la ley seguía en debate en la Cámara de Representantes, con muchos sectores respaldándola. Ese día, esta casa editorial publicó una entrevista con Luis F. Bustamante, entonces representante de Pascual Ortiz Rubio en la Unión Americana y encargado de atender inquietudes frente al Proyecto Box.
Según comentó el funcionario, para ese año había 3 millones de connacionales residiendo en Estados Unidos; muchos estaban en aprietos por no poder comprobar su ingreso legal y otros tantos padecían “desaires” en las comunidades más racistas.
Pobladores de California y Texas impusieron sus propias medidas contra migrantes. En palabras de Luis F. Bustamante, hasta el propio alcalde de San Bernardino, California “negó a los mexicanos el derecho de transitar y sentarse en bancas de parques municipales, por no ser ‘hechos para las razas de color, sino para los blancos’”.
Repatriación de mexicanos en Los Ángeles, 1932. En mayo de 1929, José Vasconcelos publicó en EL UNIVERSAL su editorial “Mexicanos en Babilonia”: “por donde el mexicano abunda, la hostilidad contra él se hace violenta. Se le toleraba cuando había trabajo y escasez de brazos baratos; pero hoy los nuestros sienten los rigores de la persecución. Porque persecución es Ley Box”. Foto: Wikimedia Commons
El representante de presidencia afirmó que muchos mexicanos tenían la pertinente opción de naturalizarse y ser estadounidenses de forma legal. Aunque eso los libraría de la Ley Box y de vejaciones sociales, también resultaría en un arma de doble filo.
El mayor motivo para no ser ciudadano estadounidense era que la Unión Americana tenía potenciales guerras en muchas partes del mundo y los primeros soldados en ser enviados a combate serían “razas de color [negros y latinos], mientras que los nórdicos [europeos y nativos] se quedan en el país”, comentó Bustamante.
En su entrevista de hace 94 años, el representante de Ortiz Rubio sostuvo que muchos mexicanos habrían buscado la naturalización y hasta estarían listos para combatir por Estados Unidos, si no fueran objeto de tantas agresiones; pero por muestras como la Ley Box y la explotación laboral a la que eran sometidos por un mísero salario era que “nadie quiere perder su ciudadanía mexicana”.
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Fue hasta el 12 de agosto de 1930 que EL UNIVERSAL confirmó que el congreso estadounidense desechó el proyecto de John Box, quien ya ni siquiera era congresista para ese año, pues perdió la reelección, y el Departamento de Estado de la Unión Americana confirmó que la inmigración de mexicanos “ya no era un problema”.
Según sus números, la entrada de nuestros connacionales a Estados Unidos cayó un 87%, por lo que cualquier medida legislativa para regular las visas era innecesaria. El Departamento de Estado afirmó que, entre 1925 y 1929, más de 56 mil mexicanos recibieron visa de trabajo, contra los escasos 3 mil permisos aprobados en 1930.
El gobierno estadounidense disminuyó de forma tan drástica la inmigración gracias a que negó la gran mayoría de visas. A miles de mexicanos se les englobó en “cargas públicas, carentes de educación o defectuosos físicos y mentales” y no les hizo falta una legislación para aplicar tales medidas.
Aunque nunca hubo verdaderas consecuencias por el Proyecto Box, a México le quedó claro que sus vecinos del norte ya no tendrían los brazos abiertos frente a la migración.
Los años 30 comenzaron con una oleada de deportaciones y poco a poco inició el cercamiento de la frontera. Nueve décadas después y con la llegada del nuevo gobierno en Estados Unidos, cualquier polémica de la Ley Box quedará muy chica y los migrantes mexicanos ahora tendrán que enfrentarse a un panorama mucho peor.
En 2006 hubo un día sin inmigrantes en Estados Unidos
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- Alanís, F. (2020). La “Ley Box” y la prensa mexicana (1929-1930). En Historia Mexicana.
- Bloch, L. (1929). Facts About Mexican Immigration Before and Since the Quota Restriction Laws. En Journal of the American Statistical Association.
- Gonzalez, B. (2022). “A Very Great Penalty”: Mexican Immigration, Race, and 8 U.S.C 1326. En Maryland Journal of International Law.
- Immigration History - Página web
- Immigration Restriction - Digital History
- Library of Congress
- Roderick, M. (Diciembre 2011). The “Box Bill”: Public policy, ethnicity and economic exploitation in Texas. EU: Texas State University.
- The Immigration Act of 1924 (The Johnson-Reed Act) - Departamento de Estado