“Pérez Traidor, le fallaste a la Nación”, gritaban ayer los miles de trabajadores del Poder Judicial de la Federación que se agolpaban afuera de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, esperando que la mayoría de ministros invalidaran la Reforma Judicial que ellos han combatido en las calles desde hace casi tres meses.

Pero el milagro nunca llegó y en su lugar, el cambio repentino del ministro Alberto Pérez Dayan, que se apartó del resto de sus compañeros que habían puesto en duda la constitucionalidad de esta controvertida reforma, le dio el triunfo al nuevo modelo de Poder Judicial impulsado por el expresidente, por la presidenta Claudia Sheinbaum y por la mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión.

La votación final de 7 contra 4, con la que se desestimaron las acciones de inconstitucionalidad que habían promovido los partidos de oposición, PRI y PAN, y se dejó en firme la constitucionalidad de los nuevos jueces, magistrados y ministros que serán electos por el voto popular, terminó siendo la última derrota de la Corte Suprema y el Poder Judicial independiente, que dará paso al nuevo Poder Judicial a modo de la 4T.

La enardecida multitud que había recibido como un balde de agua fría la noticia de que se había roto la mayoría que podía frenar al menos una parte sustancial de la reforma morenista, no paraba de gritar la palabra “traidor” en contra del ministro Pérez Dayán, a quien le exigían salir a dar la cara y explicar por qué cambió su posición original a favor de revisar la constitucionalidad del nuevo modelo judicial.

Pero el ministro se salió por una puerta trasera del edificio de la Corte y diría a los reporteros que lo cuestionaron sobre el sentido de su voto y la manera en que convalidó al final esta reforma, que actuó de manera congruente con otras sentencias que él mismo dio como ministro. “Simplemente decidí de acuerdo con lo que he expresado en precedentes. No existe denuncia ni carpeta de investigación en mi contra, eso es falso”, respondió Pérez Dayán ante las versiones que circularon durante toda la tarde de ayer en el sentido de que fue amenazado, presionado y convencido por operadores de Morena, incluso con amenazas judiciales en contra de él y de su familia.

“Me dolería resolver de manera diferente a lo que pienso, siempre ha sido así”, dijo el ministro que terminó votando junto con las tres ministras pro 4T, Yasmín Esquivel Mossa, Lenia Batres y Loretta Ortiz, por que se desecharan las acciones de inconstitucionalidad y se reafirmara la vigencia constitucional de la reforma judicial.

Pero aunque el ministro afirmara haber votado por congruencia y negara haber sido presionado, al interior de la Corte al menos dos ministros consultados por este columnista afirmaron que sí hubo presiones en contra de varios de ellos, y en particular en el caso de Pérez Dayán, confirmaron que fue Adán Augusto López, el líder de Morena en el Senado, quien estuvo buscando a varios integrantes de la Corte pidiéndoles que “reflexionaran bien su voto”, en un todo de amenazas veladas.

“¿Cree que a Pérez Dayán lo amenazaron de alguna forma con investigaciones judiciales o de algún tipo?”, le preguntamos a un alto funcionario de la Corte: “No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas”, nos respondió, mientras que otro de los ministros apuntó también al expresidente de la Corte, Arturo Zaldívar, como otro de los que lo presionaron para que cambiara su voto y refirió un caso de acoso sexual en contra de su compañero y una investigación judicial en contra de uno de sus hijos.

En todo caso, nos recordó también uno de los ministros consultados, “no fue la primera vez que Pérez Dayán nos sorprendía con cambios repentinos en sus votos, cuando antes había expresado posiciones distintas”. Y refirió que en la sentencia que emitió la Corte sobre la reelección del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Morelos, Luis Jorge Gamboa Olea, que fue controvertida por la Comisión de Derechos Humanos morelense, el voto del ministro Pérez Dayán también fue el que impidió que se declarara inconstitucional esa reelección autorizada por el Congreso local que le regaló dos años más en el cargo al magistrado Gamboa Olea.

Y revisando la votación de aquella controversia constitucional, en la que la Comisión de Derechos Humanos de Morelos invocaba la tesis de jurisprudencia con la que se desechó la reelección del ministro Arturo Zaldívar, a quién también el gobierno de López Obrador le quiso extender el mandato por dos años más en la Presidencia de la Corte, pero la mayoría de ministros votó por la inconstitucionalidad de esa extensión de mandato, resulta que el ministro Pérez Dayán, quien también se había expresado en contra de la reelección del titular del Poder Judicial de Morelos, al final, a la hora de votar, extrañamente cambió el sentido de su voto y, al igual que ayer, se unió a las ministras Esquivel, Batres y Ortiz, para romper la mayoría y permitir que se le extendiera el mandato al magistrado morelense hasta mayo de 2026, cuando su encargo terminaba en mayo de 2024.

¿Será que entonces al ministro Pérez Dayán ya lo traían bien tripulado desde la 4T y, aunque guardaba las apariencias, ya tenía arreglos o entendimientos con Zaldívar y con Adán Augusto? Todo indica que sí, al menos eso piensan sus propios compañeros de la Corte y muchos mexicanos más que a partir de su voto el día de ayer asociarán el nombre y apellidos del ministro con la traición que terminó de enterrar al Poder Judicial autónomo e independiente.

Muchos son los filósofos que han escrito sobre la maldad y la deslealtad que se esconde detrás de la traición. Muchos son los traidores que pueblan la historia de la humanidad y la vida de la República Mexicana. Ayer un nombre más se añadió a esa lista de quienes, por conveniencia, amenaza o cobardía, le dieron la espalda a sus valores y convicciones para salvar su pellejo. Y por más que se quiera disfrazar de congruencia o reflexión, la peste y la hediondez siempre perseguirán a los traidores.

NOTAS INDISCRETAS…

Las tendencias anoche de las elecciones en los Estados Unidos perfilaban una ventaja contundente del republicano Donald Trump, que adelantaba con 210 votos electorales contra 112 de la demócrata Kamala Harris. Aunque faltaban por definirse estados clave como Michigan y Pensilvania, en ambos Trump aventajaba a Harris, al igual que en Arizona y Carolina del Norte. Y aunque se esperaba un repunte de Kamala con los votos de California, la ventaja del polémico magnate se ensanchaba cada vez más hasta el cierre de esta columna. Veremos cómo continúa hoy el conteo de los votos electorales y qué tanto logra repuntar la candidata demócrata, pero por los signos y tendencias vistas hasta anoche, parece que México y el mundo tendrán que prepararse para la fuerza vengativa y desafiante del “Huracán Trump”, que amenaza no sólo con cobrar venganza de sus adversarios a los que perseguirá y buscará aplastar desde la Casa Blanca, sino también amaga con mandar misiles y drones armados a combatir a los cárteles de la droga en territorio mexicano, terminar con el TMEC en 2026, imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, eso por no hablar del retiro de Estados Unidos y su apoyo a Ucrania y a la OTAN en contra de la invasión de su amigo, el dictador ruso, Vladimir Putin. A reserva de lo que decida el Colegio Electoral de los Estados Unidos, una vez que terminen de contarse y sumarse los votos estatales, no son buenos los augurios para la superpotencia ni para el resto del mundo, principalmente para México, su economía y su relación tan compleja con Estados Unidos, ante el regreso del Trump “recargado” que podría llegar por segunda vez a la Casa Blanca… Los dados mandaron Serpiente Doble. Se vienen tiempos complicados para la República, tanto desde adentro como desde afuera.

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