El 8 de agosto de 2024 se celebra el 145º aniversario del nacimiento de Emiliano Zapata Salazar, uno de los líderes más emblemáticos de la Revolución Mexicana. Nacido en Anenecuilco, Morelos, en 1879, se convirtió en una figura clave en la lucha por los derechos agrarios y la justicia social en México.
Zapata es conocido principalmente por su liderazgo en el movimiento campesino que luchó por la reforma agraria y por el papel crucial que desempeñó en la Revolución Mexicana. No obstante, más allá de la figura del hombre revolucionario, el “Caudillo del Sur”, como también era conocido, ha trascendido su papel histórico para convertirse en un ícono poderoso en la cultura visual mexicana y un símbolo universal de resistencia. Su imagen y legado han sido representados en innumerables formas de arte, desde murales y pinturas hasta cine y fotografía, perpetuando su influencia en la conciencia colectiva de México e incluso, el mundo.
La imagen de Emiliano Zapata, con su característico sombrero, bigote y mirada decidida, es inconfundible y ha sido inmortalizada por muchos artistas prominentes. Por mencionar algunos ejemplos, los muralistas mexicanos, como Diego Rivera y José Clemente Orozco, plasmaron su figura en sus obras. Estos murales, presentes en edificios públicos y espacios culturales, no solo celebran su legado, sino que también concientizan a las nuevas generaciones sobre la importancia de su lucha. En la fotografía, la emblemática imagen de Zapata tomada por Agustín Víctor Casasola se ha convertido en un ícono perdurable, evocando la valentía y la determinación del líder revolucionario.
Por otro lado, también, ha tenido representaciones, que para un sector de la población han resultado, como la obra “La Revolución” del pintor figurativo mexicano Fabián Chairéz, mejor conocida como el “Zapata gay”, que en 2020 removió las entrañas del sector más conservador de México por considerar que la obra exhibida en una exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, era un atentado hacia el personaje al ser.
La pintura tuvo tanto ataques como defensas que se esgrimieron sobre la obra y el artista, lo cierto es que la propuesta de Chairéz se enarbola como un nuevo ejemplo de resistencia a partir de la renovación iconográfica del personaje, cuestionando los estereotipos de la masculinidad hegemónica, haciendo una reapropiación y resignificación a través del arte.
Independientemente de la corriente artística, el escenario, la técnica, la temporalidad o su contexto, a partir de su representación en la cultura visual mexicana, Emiliano Zapata sigue vivo en el imaginario colectivo de México, no sólo como personaje histórico, sino como ícono cultural. Su figura es símbolo de resistencia, representa la lucha y la autodeterminación; además, su vida y obra inspiran a aquellos que enfrentan la desigualdad y la explotación, ya sean artistas, activistas o ciudadanos en general.
Zapata se ha convertido en un símbolo de la voz de lucha de los marginados y su resistencia contra las estructuras opresivas que perpetúan la desigualdad social. Por ello, honrarlo es reconocer la fuerza de su legado y la importancia de su ejemplo en la búsqueda constante tanto de justicia como libertad.
En la actualidad, su imagen se erige como un recordatorio de que la lucha social es una causa noble, necesaria y, sobre todo, comunitaria.
A través de su representación en la cultura visual mexicana, Emiliano Zapata sigue vivo en el imaginario colectivo de México, no sólo como personaje histórico, sino como ícono cultural.