Como un torbellino entró a ejercer su segundo mandato como presidente de los EU, que sin duda es una de las naciones más poderosas del mundo.

Con ese ánimo, Trump amagó con la imposición de aranceles a múltiples países, incluyendo a México, Canadá, China y la propia Unión Europea. Cada una reaccionó a las amenazas, y como lo he señalado en varias ocasiones en esta columna, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema con gran inteligencia.

Además de las reacciones de diversos líderes del mundo, surgieron una serie de enemigos silenciosos y poderosos, resultado de las directrices de Trump y de su propio aliado Elon Musk. El inicio de esta semana se convertía en un lunes negro cuando caían las bolsas en el mundo y el principal índice de actividad de acciones del mercado bursátil tecnológico conocido como "Nasdaq", caía estrepitosamente un 4%.

Resaltaban con mayores pérdidas las acciones de Tesla, que bajaron 15%, lo cual generó una respuesta de Trump a esta debacle, quien decidió comprar un automóvil de esa emblemática marca, con el objetivo de infundir confianza en la empresa, que tiene bajas ventas especialmente en Europa. Así las acciones de la empresa de coches han perdido ya la mitad de su valor desde los máximos que obtuvo en diciembre pasado.

En retrospectiva recordemos que, en la toma de protesta, los gurús tecnológicos se encontraban felices y satisfechos, sin embargo, pronto se borraría la sonrisa de su rostro, ya que Tesla de Elon Musk se desplomó; Amazon de Jeff Bezos cayó un 14%; Meta de Mark Zuckerberg un 20% y Google de Sergey Brin un 7%. Desde que llegó Trump a la presidencia han perdido un importante porcentaje en la bolsa de valores, que sumado a la pérdida del francés Bernard Arnault (Louis Vuitton), significan 203 mil millones de dólares a la baja.

También las criptomonedas daban cuenta con una caída del Bitcoin del 20%, desde su toma de posesión.

Así golpeados en su millonario bolsillo, aparecían los enemigos silenciosos de Trump que se integraban con los inversores que de alguna manera hacían lo propio, mostrar su objeción a las políticas del presidente; posiblemente estos adversarios sigilosos pero poderosos daban cuenta de su inconformidad y nerviosismo por las nuevas políticas de Trump, así como por los datos de la inflación y de una posible recesión.

Wall Street ha manifestado sus diferencias con el presidente estadounidense y su aliado Elon Musk, ya que no debemos de soslayar que EU es un país de inversores, y ahora lo que parecía que era una luna de miel perfecta, se ha convertido en una lucha comercial y financiera, ya que la elección de Donald Trump provocó fuertes alzas en Wall Street y del dólar, pero ahora, ante la expectativa de un bajo crecimiento, la bolsa de Wall Street está por debajo de los niveles previos a las elecciones.

La incertidumbre que despiertan las políticas arancelarias ha sembrado la volatilidad del mercado, por lo que de manera silenciosa Wall Street se planta de frente a Trump y Elon Musk, surgiendo como otro de los posibles enemigos en esta guerra comercial y ahora financiera.

Por ello, el optimismo no ha durado ni dos meses, ya que el mercado confiaba en la solvencia de las tecnológicas y los efectos benéficos de la desregulación que traería la nueva administración.

Así es que Trump tiene un nuevo frente de los que ya ha abierto y son los inversores. El mandatario sabe y conoce de la materia, por ser uno de los magnates más reconocidos y hábiles del país vecino, por lo que tendrá que maniobrar con la habilidad y astucia que lo caracterizan para volver a los terrenos alcistas de la bolsa y de su credibilidad.

Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro “De la protesta a la participación ciudadana”.

@UlrichRichterM

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