Compran luego licitan
Quien ya quiere salir corriendo es Armando Azpeitia, alcalde de San Salvador, pues los regidores se han colocado en formación de fusilamiento haciendo público lo mismo pifias que errores administrativos que lo ponen contra la pared. La síndica Aleid Cabrera con documento en mano mostró que primero compraron y luego licitaron. Se trató de la compra de veinte chalecos balísticos para la policía, que tuvieron un costo de 353 mil pesos y resulta que la empresa le facturó el 29 de julio y su comité de adjudicaciones autorizó la compra el 14 de agosto. Este desaseo tan evidente, finca la desconfianza de toda la administración, la cual deberá ser revisada con lupa por los organismos fiscalizadores.
No es error, es estrategia
Tras la liberación inicial de los tres presuntos responsables del triple feminicidio en Santiago Tulantepec, familiares y activistas de derechos humanos y de género, emprendieron la búsqueda del presunto responsable del error cometido para brindar oportunidad de que ese trío ganara la calle. Todo coincidió que la falla se cometió en una mesa del Ministerio Público. Las siguientes actuaciones subsanaron el curso de las actuaciones y finalmente quedaron vinculados a proceso, sin embargo, la fiscal de Género todavía fue más allá, al declarar a los medios que no hubo omisiones, que fueron parte de las “estrategias que se van siguiendo”. En fin.
Policías fantasmas en Tula
Resulta que en la nómina que maneja el director de Seguridad Pública de Tula, Nathaniel Campos Naranjo existen 60 policías fantasmas que efectivamente cobran de manera puntual, pero cuando pasan lista al finalizar e iniciar turno, ninguno de ellos grita el tradicional “presente” y eso ya preocupó al presidente municipal. Desde la Asamblea Municipal fue detectada la lista hechiza que reporta un equipo de seguridad más robusto que el actual que ya fue rebasado por los criminales, al menos así tienen la percepción los habitantes de ese polo económico del estado. Algo de esto sabrá el director.
