A escasos 49 días de realizarse la jornada, el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo se mantiene colgado de la efervescencia interna de los partidos políticos y ahora de sus candidatos, para no gastar un peso en pintar una barda o contratar un espectacular que advierta la importancia que tiene la jornada electoral.
En las encuestas realizada entre los ciudadanos para saber cómo se informaron que el 2 de junio hay elecciones, el órgano estatal no aparece. Esto abre una gran preocupación, porque esta nube desinformativa se podría traducir como una mal intencionada campaña de desaliento o bien un descarado sabotaje al acto democrático que representa emitir un voto.
Recargado en las publicaciones que hacen los medios informativos sobre la organización y desenvolvimiento de la jornada ha nadado de a muertito.
Dentro de esa cómoda burocracia, lejos de crear foros de información, pláticas entre los jóvenes recién llegados a la ciudadanía o bien talleres ciudadanos de participación democrática, ahora se niega a realizar las indagaciones que le encomienda el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo y de manera inquisidora, ya sobrepasó los principios constitucionales del artículo sexto y séptimo.
En esas garantías consagradas, existe una en donde el periodista no está obligado a revelar sus fuentes, a menos que exista un juicio de por medio y sea el juez quien lo solicite.
Acá, muy al estilo ranchero, ya decidieron que por supuestas peticiones y ordenamientos del tribunal electoral local deberán turnar información extraordinaria sobre los datos que contienen sus notas periodísticas tendientes a las elecciones.
Primeramente, un grupo de informadores lanzó una carta abierta en donde muestra su desacuerdo por esta acción anticonstitucional y lejos de reparar lo sucedido, el IEEH se lanzó a reafirmar que no atenta contra ningún principio y se monta en un supuesto que son órdenes del TEEH.
Desde el inicio del proceso y tiempo atrás, el desempeño del área de comunicación social del IEEH ha mostrado una grave carencia de profesionalismo y eficacia en sus funciones. La máxima publicidad que afirman tener como principio rector se deshace, cuando los boletines o información sobre eventos, muchas veces no convocadas a la prensa, llegan hasta con seis horas de atraso, lo que impide conocer la postura oficial del hecho.
Los propios empleados de las distintas áreas, se quejan a voces calladas porque información pública de valía no es dada en tiempo o de forma eficiente. Roto el principio institucional de evitar relaciones personales entre los empleados, consideran algunos que es el principal motivo para tolerar errores garrafales.
Es justo que la elección más cara para Hidalgo, tenga una gran convocatoria que nos permita ver una participación superior al 51 por ciento del padrón. Que nos quiten de la cabeza que el IEEH le apuesta a la abstención o al voto poco razonado.