En la trigésima sesión extraordinaria de la Asamblea Municipal de Mineral de la Reforma que se puede consultar en la web, cualquiera puede percibir lo que es el cansancio de casi tres años al frente de un ayuntamiento, en donde ya existe indolencia y un flagrante agandalle a los regidores, en un tema que podría no ser grave, pero si capcioso.
Amparado por la mayoría, el alcalde en la sesión se muestra siempre con la cabeza gacha como si leyera un documento inacabable, para no dar la cara a la regidora Hilda Miranda que respetuosa, pide y exige que le digan cual es el terreno que habrán de autorizar para que el Instituto Nacional del Suelo Sustentable puede entregarlo al ayuntamiento.
La firma del acuerdo tenía el carácter de urgente y sin explicaciones, pues alegaban haber enviado todos los pormenores al correo de cada asambleísta, cosa que negaban y por ello había desconocimiento. No sabían si era bueno malo lo que estaba proponiendo.
El acto encaprichado terminó con una orden al oficial mayor para que le explicara únicamente a la regidora algunos pormenores, pero sin entregar documento alguno. El regidor Vargas en su calidad de ejidatario decía que no podían expropiar una propiedad con fines públicos, “pues todos los terrenos tienen dueño y hasta escrituras”.
Y se alegaba la premura, pues pedían bajarlo a comisiones el asunto, discutirlo y si no había algo extraño, no había problema en aprobarlo.
En tanto, la votación se levantó como aprobatoria por mayoría, al contar con el apoyo de los regidores que han sabido convivir con el alcalde, algunos por miedo otros por conveniencia.
Algo parecido sucedió con la extraña donación de 7 mil metros a una fundación para instalarse en la zona deportiva de la unidad habitacional Luis II, en donde está la construcción del Instituto Mexicano de Oftalmología, que es un organismo privado al igual que muchos más.
El comité formal y legalmente constituido por los vecinos fue agandallado al convocar a una urgente reunión para nombrar un nuevo comité que aprobara la invasión del espacio público.
Tal vez, esa postura intransigente de Israel Félix se deba a la amargura que le provoca el cambio de suerte que tuvo desde que se alejó de los actores que lo hicieron crecer. Primero le fue negada la candidatura a la gubernatura, luego, lo desconocen del PRI sin haberse salido, para después recibir portazos de todos los partidos donde ha buscado una candidatura para él o su esposa, la titular del DIF municipal.