La proyección de los efectos negativos del cambio climático en la huasteca y la comarca minera, realmente son preocupantes, porque de manera paulatina aumentarán las temperaturas, disminuirán las lluvias y la apatía social, contribuirá para antes de concluir esta década, los efectos sean irreversibles.

Hace unos años en Atlapexco, se realizó el Foro Regional Agua, Biodiversidad y Cambio Climático en la Huasteca Hidalguense, que además de reunir testimonios de la degradación de los recursos, mostró lo más importante: el interés de la sociedad por revertir esa amenaza.

En grupos de trabajo, los participantes dibujaron sus comunidades, sus ríos y sus pozos con sus naturales rasgos artesanales, pero también adjuntaron un inventario de sus recursos y el grado de degradación que muestran.

Los problemas los mostraban de manera clara para que cualquiera los entendiera y no buscara a través de retorcidos discursos encubrir el daño que han realizado decenas de manos torpes, ignorantes o corruptas que enrutan los recursos públicos para fines personales sin importar el grave daño que ocasionan a los entornos naturales, a las personas.

Estamos a meses que inicie el proceso más importante en Hidalgo, porque al ser concurrente se elegirán mil 110 cargos de elección popular.

Entonces, es justo exigir como sociedad que los aspirantes a alcaldes, junto con sus planillas, presenten un plan de trabajo que permita el rescate de los recursos hídricos, de las áreas verdes, el compromiso de no autorizar obras en zonas de recarga o humedales, reciclar en una economía circular la basura, entre muchas más.

Mientras los que aspiran a convertirse en legisladores, tener muy claro que no se trata de tener agenda de las ocurrencias más absurdas, sino regular sistemas ambientales de cada distrito, tomando en cuenta el agua, tierra y aire.

Y no justamente para alcanzar votos, sino para asegurar que sus propios hijos o nietos tengan alguna esperanza de vida en esta entidad.

En el foro de Atlapexco, había una frescura muy natural de los participantes, pero también una grave preocupación, porque citaban algunos datos preocupantes de sus propias comunidades.

Por ejemplo, el río Atlapexco en su paso por Pepeyoca, disminuyó un cuarenta por ciento su caudal, negando ser un lugar de abasto de pescados, acamayas y en sus alrededores venados, conejo, jabalí, tlacuache entre otros animales silvestres.

Todo esto ya cambió, ya ni las garzas que llegaban en abundancia en determinadas épocas del año se ven.

Una cruzada estatal por el medio ambiente es urgente para evitar que en cuestión de años, la zona de la huasteca pierda su esencia ante la falta de lluvias y las altas temperaturas que se registran últimamente, mientras que en Pachuca y sus alrededores, sean autorizados los complejos habitacionales respetando zonas de humedales y recargas freáticas.

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