Especial significado tuvo la última semana para los hidalguenses; una porque vimos cómo se despidieron los titulares de las 84 presidencias municipales al concluir el último periodo lectivo de cuatro años, y otra, porque escuchamos los resultados de un segundo año de gobierno estatal, encabezado por Julio Menchaca Salazar.
En conjunto son de trascendencia para la entidad porque en el caso de las autoridades municipales, que son importantes por la cercanía que tiene con la población, vimos desfilar al olvido de la trascendencia a presidentes de poca monta que nunca tuvieron ni siquiera la capacidad de levantar la basura.
Y si vimos a otros empujar, tal vez no obras, pero si nuevos hábitos de convivencia que permitan en adelante modificar la cerrazón de los pueblos, un caso fue Ixmiquilpan en donde vimos a Araceli Beltrán una mujer que venció un tumor canceroso como fue la dinastía Charrez y que, por vez primera, llamó a la civilidad, cosa no alcanzada en otras zonas indígenas como es la huasteca, en donde se alienta los usos y costumbres como un mecanismo convenenciero de gobernabilidad.
Al igual, fueron más de 15 los alcaldes condenados a penas corporales o económicas debido a su ambición económica o bien a la ausencia de carácter para decir no a funcionarios estatales que orquestaron la Estafa Siniestra.
Sin duda la vigilancia desde la esfera gubernamental y del propio Congreso del Estado impedirá que se cometan atropellos y comiencen a fincar los cimientos de una cuarta transformación, que fue una de las banderas con las que llegó la mayoría.
Es indudable que la mística partidista de Morena es desconocida por una gran mayoría de ellos, pues sus campañas las ganaron con estribillos copiados al líder del movimiento Andrés Manuel López Obrador. Ahora en los hechos, suficiente será que cumplan las máximas de no robar, no mentir y no traicionar.
Y bien, el contenido del segundo informe de Menchaca Salazar nos muestra un trabajo que se mete a las comunidades mas lejanas, buscando erradicar esas graves diferencias económicas provocadas por la falta de comunicación y servicios básicos como la salud, la educación junto con agua potable y energía eléctrica.
Las rutas de la transformación permitieron un acercamiento con la población que desnuda lo mismo a malos funcionarios públicos que caciquillos regionales, que generalmente son los responsables del atraso de muchas zonas.
Hay carencias importantes que habrán de necesitar una intervención muy precisa como es el caso de la movilidad que mantiene de mal genio a todos los habitantes de la zona metropolitana de Pachuca.
Depositar la confianza de la administración en las nuevas generaciones no permitirá tener una esperanza de mejorar, aunque siempre se debe acompañar con la mano experta para garantizar buenos resultados.