En nueve minutos se te acaba la vida, pero también en nueve minutos decides revivir y sonreír justificando que no pasa nada. Sin duda el amor a su partido, al Revolucionario Institucional la hizo recapacitar en ese poco tiempo y hacer lo que sabe hacer, aplaudir y dar muestras de aprobación.

Eso fue el arrebato de Carolina Viggiano, que la hizo salir enojada de una rueda de prensa por no darle un lugar de preferencia en la primera fila, sin embargo, sólo fue eso, un arrebato que duró nueve minutos.

Las caras y gestos siguieron a su regreso, los cuales desaparecieron cinco minutos más tarde cuando comenzó a revisar agachada el teléfono celular, mientras le cuidaba la espalda a su líder Alejandro Moreno, que fue a donde la mando Manuel Añorve, próximo coordinador de los pocos senadores que entraran por la vía plurinominal.

A los ocho minutos posteriores ya aplaudía y sonreía forzada a las muestras de simpatía de sus pocas compañeras que estaban en el presídium, por ciento, sólo eran doce entre veinte masculinos, dentro de un partido que ahora lanza al viento su paridad de género.

Sin duda, las facciones se muestran duras, inflexibles sobre todo en esta etapa en donde asume su papel de opositora al régimen, circunstancia que tal vez nunca imagino que sucedería, tanto que en su ideario del Facebook plantea sus inconformidades no sólo con la situación actual del país, sino con sus propios compañeros.

Plantea que esos estatutos deben ser modificados para “ser un partido de bases y con visión progresista; eso que por años se perdió y dio lugar a traiciones que dañaron al partido”.

Extrañamente en los últimos años, Viggiano Austria formó parte de los grupos de élite del PRI, en donde se tomaban las decisiones, tanto por sus cargos de representación federal como cargos partidistas.

Ella ingresó desde el 2015 al Palacio de San Lázaro como diputada federal por el PRI en 2018 repitió el cargo, mientras fue nombrada secretaria general del PRI junto con Alito Moreno desde el 18 de agosto del 2019.

Hablar de lo que hicieron los priistas en los últimos años, realmente no suena congruente con las evidencias.

Las amistades muy estrechas en la clase política, que muchas veces a regañadientes sostuvieron sus repetidas candidaturas, tal como José Antonio Rojo, Manuel Ángel Núñez, Francisco Olvera, lo mismo que decenas de ex dirigentes, ahora son sus enemigos.

Aquí enfrenta su interés propio al del un equipo de priistas que de cualquier modo detentaron el poder 93 años en Hidalgo. Ahora tendrá que enfrentar las consecuencias, porque al menos los demás ya marcaron su línea, cosa que ella ha manejado a partir del silencio y escabullirse hasta de las llamadas telefónicas.

Todavía resta tiempo para que la actual dirigencia logre su reelección, cosa que pondrá a Viggiano Austria contra la pared. Y ojalá, en nueve minutos logre sonreír nuevamente a todos los que les dio la espalda.

Nimiedades: El IEEH sigue empecinado en no definir las reglas que definirán a diputados pluris y regidores. Parece ya consigna.

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