Al revisar los nimios resultados del quehacer cotidiano de la Comisión de los Derechos Humanos, encontramos que las policías municipales se encuentran como ganadores supremos de la violación a las garantías elementales, pues reportan casi dos quejas diarias por su cuestionable actuación, basadas primordialmente en la ignorancia que los caracteriza.

Finalmente son la punta de la madeja de corruptelas e improvisación que se anidan desde algunos ayuntamientos.

Esto, hasta podríamos considerarlo natural si advertimos que para ser policía municipal los requisitos son mínimos, aun cuando existen los exámenes de control y confianza los cuerpos de vigilancia sin impreparados y poco fiables.

Lo preocupante es ver a la Secretaría de Educación Pública que dirige Natividad Castrejón en segunda posición, con prácticamente un caso por día. La naturaleza de esa institución debería colocarla, en sentido contrario, por la nobleza de su tarea.

Resulta preocupante que los administradores e impartidores de la educación se vean señalados como enemigos de los derechos básicos. Y tal vez, fue únicamente una falta de respeto lo que motivó la queja, sin embargo, eso nos habla de nuevas dinámicas que permitan brindar un servicio acorde a las necesidades de una sociedad cada día más demandante.

Actualmente y desde hace muchos años la SEPH es la segunda institución que más presupuesto recibe cada año, sin que existan al menos, intenciones de entrar en una nueva dinámica de servicio que permita a los hidalguenses, al menos no quejarse de la institución.

La Sección XV, por su propia naturaleza, ha mostrado su abierto interés de beneficiar a sus agremiados antes que a la sociedad que sirven. Más de 120 prestaciones goza este sector, y los resultados no se reflejan al existir más de ocho municipios que con más del 20 por ciento de analfabetismo.

Hay una estructura perezosa que se mueve cada día más lenta con el apapacho sindical. Existen rutas completas sobre la sierra y huasteca en donde los profesores acuden a clases de martes a jueves, pues la mayor de las veces tiene asuntos que arreglar asuntos en oficinas centrales, según aducen.

El hecho que la mayoría de los supervisores radiquen en Pachuca pese a tener su adscripción en las regiones de la sierra o huasteca, nos habla de esa grande capacidad de saber burlar a sus superiores.

En fin, necesita esa institución que sea refrescada, aire nuevo que brinde las garantías a los trabajadores, pero, ante todo, que vele por el interés general y supremo que es la educación de la niñes hidalguense.

Y bueno sería hacer de lado las modas e innovaciones educativas que únicamente han promovido que los escolares no tengan capacidad de hacer matemáticas simples o se les dificulte comprender la lectura de cualquier párrafo.

Nimiedades: En los cambios institucionales, se habla de serán vivificadas varias dependencias que sólo entregan pretextos antes que resultados.

Google News