Por vez primera en la historia reciente de la entidad, el combate a la corrupción fue el tema principal en un informe de gobierno, y para beneplácito social ya son varios los funcionarios corruptos tras las rejas y se espera que sean más.

El tema pudo ser de los más aplaudidos, ante el gozo del autor de las pesquisas que es Santiago Nieto, un encargado de la Procuraduría de Justicia que no descansa ni distingue colores.

Sin duda, durante el evento realizado en la Plaza Juárez, muchos de los asistentes esquivaron su mirada, no por asuntos de pudor, sino para no ser reconocidos en alguna de las fichas que ya tiene pendientes en el cajón de su escritorio.

Uno de ellos, sin duda fue el ex gobernador Francisco Olvera Ruiz, que tuvo que poner su cara todavía más dura para evadir los cuestionamientos de los reporteros. Y que por supuesto, le iban a preguntar sobre su compadre Pablo Pérez al que abandonó en la cárcel, acusado de corrupción.

En exclusiva entrevista, el ex funcionario de la SEPH advirtió que el dinero que faltaba fue producto de los “pellizcos” que le pedía Olvera Ruiz le diera al presupuesto.

Esas culpabilidades y señalamientos públicos por necesidad se encuentran asentados y forman parte de investigaciones que nunca se hicieron ante la complicidad entre ex gobernadores.

Algo muy distante fue la sonrisa del ex gobernador Manuel Ángel Núñez Soto, quien paseó de forma libre y todavía protegió a su sucesor en Plaza Juárez. Dio una corta entrevista para reconocer en Julio Menchaca a un gran amigo y un buen gobernador.

Mientras que Olvera, sólo atinó con su enmohecido estilo priista a decir que acudía a un evento institucional de un año de trabajo. Y claro que no podría hablar de amistad con el actual gobernador, pues fue el encargado de cerrarle el paso en muchas de sus intenciones de forma burda, entre tantas cuando alineó a organizaciones hechizas para invalidar su participación en la búsqueda de la titularidad de la Comisión de los Derechos Humanos de Hidalgo.

Circunstancia muy distante a las declaraciones de políticos en activo que llegaron a refrendar su compromiso con la transformación a que fueron convocados por Julio Menchaca, al menos así lo planteó el dirigente nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas que era custodiado en los dos flancos por sus dirigentes locales.

Y efectivamente, el tema de la corrupción fue el que ganó el aplausómetro del evento, y cómo no, si la impunidad en que se vivió durante 93 años afectó de manera directa o indirecta a miles de hidalguenses, quienes se vieron obligados a renunciar a obras, becas, apoyos de sobrevivencia, entre muchos más.

El cinismo que privó en la Secretaría de Finanzas, al declarar que ellos no se habían robado los 850 millones, sino que se trataba de la financiera Accendo la responsable, cuando ese dinero estaba destinado a obras de los municipios más pobres.

Entonces, todavía nos falta ver tras las rejas a Jesica Blancas y al menos tres de sus funcionarios cercanos que fueron los encargados de poner en riesgo el dinero de los hidalguenses.

Nimiedades: Ahora sí, que abran las puertas, la carrera comienza.

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