La reciente decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, así como un 10% adicional a productos chinos, ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones económicas, políticas y comerciales. Estos aranceles no solo desafían los principios del libre comercio establecidos en el T-MEC y los acuerdos de la OMC (Organización Mundial de Comercio), sino que también amenazan la estabilidad económica de la región, elevan la incertidumbre en los mercados y plantean riesgos para los consumidores y productores en ambos lados de la frontera.
México: Golpe a las Exportaciones y Crecimiento Económico.
México es el principal socio comercial de Estados Unidos y depende en gran medida del acceso al mercado estadounidense. La imposición de aranceles significa un encarecimiento inmediato de las exportaciones mexicanas, afectando sectores clave como la industria automotriz, la manufactura, la agricultura y la electrónica. Empresas con cadenas de producción interconectadas en ambos países enfrentarían un aumento en costos operativos, lo que reduciría su competitividad.
La incertidumbre provocada por estos aranceles también podría desincentivar la inversión extranjera directa (IED) en México, afectando la creación de empleos y la expansión de industrias clave. Inversionistas globales buscan estabilidad y certeza jurídica, factores que se ven amenazados cuando las políticas comerciales pueden cambiar abruptamente por decisiones unilaterales de Estados Unidos.
Además, una guerra comercial prolongada podría desacelerar el crecimiento económico de México. En este contexto, Grupo Financiero BASE espera que el PIB muestre un crecimiento del 0.8% en 2025, asumiendo que los aranceles serán de muy corta duración. No obstante, de mantenerse los aranceles durante el año, el PIB de México podría caer alrededor del 4% en 2025.
Con las medidas impuestas a México y Canadá, en la práctica no hay tratado de libre comercio entre estos tres países. México y Canadá se mantienen como socios comerciales en otro acuerdo el TIPAT. Esto trae consigo incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial y de servicios de México con sus vecinos del norte.
La depreciación del peso compensa parcialmente el arancel, pero no se puede descartar que Donald Trump quiera seguir subiendo el arancel. Cabe recordar que el 83% de las exportaciones de México son hacia Estados Unidos y el 26.7% del PIB depende de estas exportaciones, siendo probable que se observe un desplome de la inversión extranjera directa e incluso de desinversión en los próximos trimestres, también se podría esperar un mayor deterioro del mercado laboral, lo que afectará directamente al consumo privado.
Desde la perspectiva estadounidense, los aranceles pueden parecer una estrategia para proteger a las empresas locales de la competencia extranjera, pero en la práctica generan efectos adversos.
Dr. Octavio de la Torre de Steffano Presidente Nacional CONCANACO SERVYTUR México.