Para el deporte mexicano ya inició la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Este fin de semana se reunieron por primera vez, atletas olímpicas para celebrar esta fecha y hablar de los esfuerzos que tienen que hacer como mujeres para destacar en el ámbito deportivo.

Medallistas olímpicas como María del Rosario Espinoza y Alejandra Orozco, compartieron sus testimonios sobre los muchos obstáculos que tuvieron que superar para conseguir sus metas. Y es que, si bien ser atleta de alto rendimiento implica una vida de retos independientemente del género, las mujeres en el deporte se han enfrentado a lo largo de la historia a acoso, discriminación y violencia.

Cuando nacieron estas competencias en la antigua Grecia, las mujeres no solamente tenían prohibido competir; no podían siquiera acudir como espectadoras. Siglos después, ya en los Juegos Olímpicos modernos, se mantuvo esa prohibición.

Fue el francés Pierre de Coubertin quien propuso revivir estas justas deportivas en 1896 para “fortalecer a la juventud.” Fue él también quien se opuso hasta la muerte a que las mujeres formaran parte de ellas. Consideraba que los juegos eran “la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa”.

Por fortuna, la misógina visión de este retrógrada no perduró en el tiempo. Ya en 1900 hubo participación femenina, aunque solo el dos por ciento de los atletas eran mujeres y se limitaron a las disciplinas del golf y el tenis.

Tuvo que pasar casi un siglo para que el tema de la paridad de género llegara a la Carta Olímpica. En 1996, se planteó en ella que uno de los objetivos del Comité Olímpico Internacional es “estimular y apoyar la promoción de las mujeres en el deporte, para llevar a la práctica el principio de igualdad entre el hombre y la mujer”.

Sin embargo, no fue si no hasta 2012 cuando todos los países tuvieron representación femenina en los olímpicos. La paridad se alcanzó finalmente en 2024, con el mismo número de atletas hombres y mujeres en París. Fue también en ese año cuando la cobertura mediática dejó de ser desigual.

México ha tenido históricamente una muy importante participación femenina en la cita olímpica. De hecho, a Paris acudieron 63 mujeres y 46 hombres. Sucedió así por el mérito de cada una de ellas. Fue su esfuerzo y persistencia lo que les dio la clasificación.

Desde que Enriqueta Basilio se convirtió en la primera en encender la llama olímpica en 1968, las deportistas mexicanas han destacado con tenacidad y mucho trabajo. Por eso es relevante que, ahora que el Comité Olímpico Mexicano es encabezado por una mujer (María José Alcalá), se brinde a las atletas capacitación y se contemple el cuidado de su salud mental.

Es una nueva era para las mujeres. Lo es en el deporte y lo es en todos los ámbitos. Los misóginos de antes y los de ahora serán solo ejemplo de lo que debe desecharse. Ya no hay espacio para esas visiones en la actualidad. Esta vez nada detendrá el avance en la conquista de nuestros derechos.

@PaolaRojas

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