Las primeras denuncias públicas se conocieron hace poco menos de 20 años, entonces les llamaban minicasinos y no eran otra cosa que unas maquinitas tragamonedas colocadas afuera de los abarrotes de colonias populares. Hoy en día en se conocen como jugadas, y se han convertido en un modelo de casino clandestino de bajo costo, que opera las 24 horas del día, donde también venden drogas.

Aunque los gobiernos locales hicieron operativos esporádicos a lo largo de los años, cuando se les cuestionaba sobre la proliferación de estas máquinas, respondían que sus permisos y aseguramientos correspondían al gobierno federal, no al estatal ni al municipal. Sin importar el partido, esa fue la respuesta estandarizada.

Desde el 9 de septiembre que empezó de lleno la batalla entre las dos facciones más poderosas del Cártel de Sinaloa, La Chapiza y La Mayiza, han asesinado al menos a 20 personas dentro o en las afueras de estos centros de juego en Culiacán, conocidos como habichuelas en otras partes del estado y del país. La suma se hizo con base en notas periodísticas, y abarca 11 hechos distintos en las colonias Alturas del Sur, Margarita, Villa Bonita, El Ranchito, La Providencia, Los Huizaches, Buenos Aires, República Mexicana y Francisco I. Madero, la mayoría en la zona sur de la ciudad, que es donde se ha concentrado el grueso de los ataques entre ambas facciones. La Fiscalía General del Estado reconoce solo una decena de muertes en igual número de lugares. La mitad.

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En realidad no hay mucha información proporcionada por la autoridad estatal. El gobierno había tratado de no tocar el tema hasta que reventó la violencia. Después de una serie de asesinatos en estos sitios, han tenido que hablar al respecto. Pero aunque se ha solicitado entrevista para tratar el tema de forma repetida a la Secretaría de Seguridad Pública local, la dependencia no ha querido aceptarla.

El primer ataque a estos lugares se registró el 16 de octubre en la colonia Buenos Aires. Un par de jóvenes fueron asesinados por personas armadas pasadas las 8 de la noche. Ambos quedaron muertos, en el piso, a un metro de distancia, a un costado de unas máquinas tragamonedas y de un altar de la Santa Muerte.

Los ataques de civiles armados continuaron. Uno de los objetivos entre los grupos delictivos ha sido el debilitamiento económico de su rival, y estos centros se convirtieron en un generador de ingresos significativos, diarios y en efectivo. El propio secretario de Seguridad federal, , habló de esto el 17 de diciembre pasado, en una entrevista realizada en la televisora N+.

“Hemos recibido muchas denuncias ciudadanas sobre las famosas maquinitas”, dijo desde Culiacán, “son puntos de narcomenudeo; son puntos donde ha habido lesionados por arma de fuego, donde menores de edad están verdaderamente enviciándose en este lugar”.

A la fecha, informó entonces el secretario, se habían asegurado más de 500 maquinitas de este tipo en Culiacán y Mazatlán. Los operativos han sido encabezados por el Ejército, la Guardia Nacional y la Marina Armada de México, con ayuda del gobierno local.

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El primer aseguramiento de la autoridad se realizó el 30 de noviembre pasado, y sucedió tras diversos ataques a casas y locales habilitados como jugadas que preocupó a la sociedad. Por ejemplo, el 22 de noviembre, un grupo armado baleó una jugada en la colonia Los Huizaches. Tras la agresión, dos menores de edad resultaron heridos de gravedad y fueron llevados a un hospital. Uno de ellos murió.

Tres días después, el 25 de noviembre por la noche, un grupo armado baleó otro local habilitado como jugada en la colonia Alturas del Sur, una de las áreas más afectadas en este periodo. Aunque no se reportaron personas asesinadas, los balazos provocaron los gritos, pánico y huida de familias que se hallaban reunidas durante un juego de futbol rápido.

En estos lugares también ha habido personas heridas. Una sucedió el 14 de diciembre pasado, cuando un menor de edad recibió un rozón de bala en el cráneo. Civiles armados arribaron a un inmueble en la colonia Las Coloradas, al oriente de Culiacán, dispararon y el menor fue alcanzado por una bala que le provocó una herida que no comprometió su vida.

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