Uno de los símbolos distintivos de Día de Muertos es la ofrenda. En la cultura mexicana, el altar representa la bienvenida a los seres que ya no están en el mundo, por lo que se decora con varios elementos, entre ellos, el papel picado.
Al igual que las flores, el pan o las velas, el papel picado tienen un importante significado para esta festividad, gracias a que fue adecuado por pobladores de San Salvador Huixcolotla, Puebla.
Y es que originalmente se creó en China, de donde proviene su material principal. Mientras que en Europa se le dio el nombre de "papel cortado".
Los papeles picados se distinguen por sus colores vivos y las siluetas que se les realizan mediante cortes geométricos. En 1930 comenzó a ser comercializado en los alrededores de Puebla, hasta que se popularizó en la Ciudad de México.
Y no solo está presente en la celebración por el 1 y 2 de noviembre, sino que también se utiliza en las fiestas patrias, en bodas, XV años, bautizos y ceremonias religiosas.
La tradición de utilizar el papel picado en la ofrenda se remonta a la época prehispánica, cuando solían colocar altares con representaciones de los elementos de la tierra y el Mictlán elaborados con papel amate.
Por lo general, este elemento le da color y alegría a la ofrenda y representa el aire, como uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier altar.
Además, los artesanos le han atribuido un significado especial para cada color de papel:
Naranja: luto
Morado: referente a la religión católica
Azul: para quienes murieron ahogados
Rojo: simboliza la sangre
Verde: para los jóvenes que fallecieron
Blanco: la pureza de los niños muertos
Amarillo: para los ancianos
Negro: en representación del inframundo.