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Profepa respalda propuesta que prohíbe operación de delfinarios en México; “es una práctica que ya no podría prevalecer”

El delfín “Mincho” motivó la intervención de la dependencia, con una serie de inspecciones “exhaustivas”

Profepa respalda propuesta que prohíbe operación de delfinarios en México; “es una práctica que ya no podría prevalecer”, asegura Mariana Boy. Foto: Adriana Varillas
11/03/2025 |16:28
WEB El Universal Hidalgo
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Luego del anuncio sobre la suspensión de espectáculos con acrobacias y saltos en el en la Riviera Maya, la titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Mariana Boy, indicó que la dependencia respalda la propuesta de prohibir el cautiverio y explotación comercial de delfines, así como la operación de delfinarios en México.

"Estamos completamente de acuerdo en que es una práctica que ya no podría prevalecer más en nuestro país", afirmó la funcionaria federal, en entrevista con .

La postura oficial se comunicó en ese sentido a la Cámara de Diputados, en donde se discute la modificación del artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), que propone prohibir el cautiverio de estos mamíferos marinos y su explotación comercial.

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"Ya el Congreso nos envió una solicitud de opinión (técnica), y nuestra respuesta es a favor de la prohibición de los delfinarios", sostuvo la funcionaria federal, al argumentar que el cautiverio de mamíferos marinos no es compatible con el bienestar animal, independientemente de las condiciones en que se mantenga a los delfines.

Boy Tamborrel expuso que lo ocurrido con el delfín “Mincho” en el delfinario del hotel Barceló, no solo motivó la intervención de la dependencia, con una serie de inspecciones “exhaustivas” que arrojaron -entre otras cosas– que el espectáculo con delfines no estaba autorizado.

También reabrió –remarcó– una añeja y permanente discusión sobre el tema ético de mantener en cautiverio a mamíferos marinos.

En efecto, a partir de lo sucedido, organizaciones ambientalistas han reiterado su exigencia de prohibir la explotación de mamíferos marinos en el país, enviando una carta a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a la propia Profepa.

Como antecedente, a finales de enero y principios de febrero pasado se difundió profusamente en las redes sociales, un video en el cual se observa a “Mincho” estamparse sobre el cemento de una alberca, luego de uno de los giros o saltos en el aire para los cuales está entrenado.

Dolphinaris argumentó que los hechos no eran recientes, pues ocurrieron en el 2020 y señaló que el delfín había presentado un comportamiento “inusual”.

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Los resultados de las inspecciones hechas por la Profepa confirmaron que el hecho ocurrió en noviembre de 2020, como parte de actividades no autorizadas dentro del Programa de Manejo del delfinario.

Que el accidente fue ocultado a la Semarnat, pese a que la empresa está obligada a reportar no solo nacimientos y fallecimiento de los ejemplares, sino este tipo de incidentes.

Y que, pasado el accidente, se mantuvo a “Mincho” trabajando. El mamífero marino fue trasladado apenas, al delfinario que Dolphinaris opera en la zona hotelera de Cancún, detalló la funcionaria.

México es uno de los cinco países que concentran el 60 por ciento de los delfines en cautiverio en el mundo, junto con China, Japón, Estados Unidos y Rusia. Actualmente, el país alberga aproximadamente el 8% de estos mamíferos en 29 instalaciones, entre 12 y 16 operan en Quintana Roo, precisó Boy Tamborrel.

La industria de los delfinarios, además de generar jugosas ganancias, también es una fuente importante de empleo para miles de trabajadoras y trabajadores, a decir de las empresas que operan delfinarios en la entidad, las cuales defienden que se proporciona a los mamíferos marinos un trato –a su juicio–, digno y justo, con cuidados, atención, alimentación, descanso y mejores condiciones que las de hace dos décadas.

Estas empresas incluso han acuñado el término “mamíferos marinos bajo cuidado humano”, para referirse al cautiverio y explotación comercial de delfines, de lo cual buscan diferenciarse.

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Al respecto, la procuradora ambiental subrayó que no hay justificación para mantener a los animales en cautiverio, pues aunque se les mantenga en óptimas condiciones “ese no es su ambiente natural” y transgrede las cinco libertades de los animales.

“Sin duda alguna ha ido cambiando la forma de tener a los animales en cautiverio, pero eso no quiere decir que sea suficiente y no es justificable tener a los animales en cautiverio. Lo que es cierto es que se les tiene trabajando, lo cual no es parte de su naturaleza.

“Estamos trayendo a los animales a un encierro, aunque sea en corrales de mar, pero están encerrados, están en cautiverio y realizando actividades que no son propias de su naturaleza; son conductas condicionadas, aprendidas, enseñadas por el ser humano, pero no es parte de su naturaleza. Y sí, a lo mejor pudo haber mejorado su alimentación, pero sigue sin ser parte de su alimentación natural, ni su comportamiento lo es”, expresó.

La funcionaria indicó que “claramente hay un aprovechamiento comercial”, al tenerlos en cautiverio y consideró que se incurre en una “explotación laboral-comercial” de los animales.

“No negamos que ha habido, seguramente, un avance importante de hace décadas ahora, pero lo que es cierto es que cada vez encontramos menos justificación de por qué tener a los animales en cautiverio”, dijo, al remarcar que en la misma proporción ha evolucionado la conciencia ética acerca de que los animales “no pueden ser usados como objetos”, para beneficio de las personas.

Esto último se ha traducido en leyes. La funcionaria mencionó que, el bienestar animal es un tema que se ubica ya a rango constitucional, con disposiciones muy puntuales, lo que permite tener mayor claridad en torno a “mantener a los animales en sus hábitats naturales y no en cautiverio como ha sucedido durante años”.

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Citó, que mundialmente también hay una tendencia al cierre de los delfinarios, debido a las consecuencias negativas que el cautiverio provoca en el bienestar animal.

Al cuestionarle qué pasará con los delfines nacidos en cautiverio, de aprobarse la prohibición de operar delfinarios, toda vez que su liberación sería prácticamente inviable, al no poder sobrevivir en el medio silvestre, según los dueños de estas empresas y sus asesores ambientales, Boy Tamborrel manifestó que se requerirá de un plan muy cuidado para transitar hacia lo que llamó “la última generación de delfines en cautiverio”.

"Sí vamos a tener que establecer un esquema de transición que requiere una planeación muy delicada, muy específica para esta última generación, que será la última generación de delfines en cautiverio.

“Estamos conscientes y revisando también con expertos la parte social y que, efectivamente, están acostumbrados al ser humano; tendrán que tener un programa muy específico para esta última generación de delfines en cautiverio", reiteró.

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