La creciente demanda de en el país plantea un reto significativo para las , que enfrentan riesgos de pérdida en el valor residual de estos autos, de acuerdo con un informe de Moody’s Local México.

La firma de análisis financiero destaca que entre enero y septiembre de 2024, las aumentaron un 109%, alcanzando un máximo histórico de 18 mil 600 unidades, según cifras del INEGI.

Sin embargo, este crecimiento en la demanda, aunque prometedor, podría afectar negativamente la rentabilidad de las arrendadoras debido a la volatilidad en la depreciación de los vehículos eléctricos.

Moody’s señala que la falta de datos históricos sobre la depreciación de los autos eléctricos, junto con la reducción de precios derivada de mejoras tecnológicas en baterías y componentes, complican las proyecciones de valor residual para las arrendadoras.

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Esto podría resultar en pérdidas al final de los contratos, cuando el valor de reventa del auto es menor al esperado.

Para mitigar estos riesgos, las empresas están considerando opciones como el incremento de tasas de interés en arrendamientos de vehículos eléctricos y el requerimiento de pagos iniciales más altos, aunque estas medidas están limitadas por la capacidad de pago de los clientes.

La agencia también subraya la relevancia de diversificar las carteras de arrendamiento mediante límites de exposición por fabricante y tipo de vehículo, para evitar una alta concentración en vehículos eléctricos que pueda aumentar la volatilidad en sus portafolios.

No obstante, Moody’s advierte que esta estrategia, aunque reduce riesgos, podría limitar la atracción de clientes que buscan específicamente vehículos eléctricos, dado el creciente interés en estos modelos.

Moody’s prevé que la renegociación del T-MEC en 2026 y las tarifas arancelarias que resulten de dicho proceso tendrán un impacto directo en el mercado de vehículos eléctricos en México. Foto: Unsplash

Vehículos a gasolina tienen menor riesgo de depreciación

El reporte de Moody’s destaca que los autos de combustión interna presentan menores riesgos en su depreciación, ya que cuentan con un mercado secundario más robusto y una menor frecuencia de innovaciones tecnológicas disruptivas, lo cual facilita una predicción más estable de su valor.

En cambio, para los autos eléctricos, las pérdidas en valores residuales afectan directamente el capital de las arrendadoras, especialmente en un mercado de seminuevos donde la liquidez y comerciabilidad de estos vehículos es aún limitada.

Moody’s también resalta que la política pública es un factor crucial en el desarrollo de este mercado. El reciente vencimiento del decreto que exentaba de aranceles a los vehículos eléctricos—vigente hasta el 30 de septiembre de 2024—implica que las importaciones ahora enfrentan aranceles del 15% al 20%, dependiendo de su uso y capacidad de transporte.

La agencia advierte que estos costos adicionales podrían trasladarse a los precios de venta, lo que, en última instancia, frenaría el ritmo de crecimiento en la demanda de vehículos eléctricos.

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Moody’s prevé que la renegociación del T-MEC en 2026 y las tarifas arancelarias que resulten de dicho proceso tendrán un impacto directo en el mercado de vehículos eléctricos en México.

Estos factores serán determinantes en la configuración de precios y en la accesibilidad de estos vehículos, lo que influirá en la capacidad de las arrendadoras para adaptarse al cambio de preferencias de los consumidores y mantener la estabilidad de sus carteras.

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