La seguridad social es un abrazo del gobierno para no desamparar a la gente en ninguna etapa de la vida, ya sabes, cuando la salud se pone traviesa, los ahorros se van de fiesta, o simplemente cuando los hijos no paran de pedir dinero, pero mira que locura, más de la mitad del mundo ni siquiera tiene esa especie de abrazo, ¡ni en países con lana de sobra! ¡Qué crisis! Por eso, los gobiernos deben usar la seguridad social como su superpoder para combatir la desigualdad y proteger a la gente de terminar en las calles o en busca de comida en la basura, en vez de recortar, deben invertir más para que nadie se quede con el corazón roto y la cartera vacía.

La reforma a Pensiones pone fin a políticas fallidas de años atrás, una reestructuración total y un cambio en políticas de protección social de los adultos mayores, empoderar a los grupos marginados, erradicar la pobreza y garantizar la justicia, asegurar vivir más años hasta un estimado de 84 en buenas condiciones con energía pal baile y elevar el índice de longevidad.

La movida de la reforma es simple, asegurar de que los abuelitos no dependan de nadie, tengan suficiente billete para comprar su comida diaria y no pasen apuros o tristezas en pensar en cómo conseguir el pan del día siguiente, a veces, lo que les llega de pensión ni siquiera alcanza para el mínimo vital, ¡imagínate! por eso, la reforma busca un extra para que no vivan con el alma en vilo por no tener plata suficiente o pasen hambre antes de que acabe el mes.

Con la reforma se crea un Fondo de Pensiones para el Bienestar, a través de un fideicomiso público cuyo fiduciario es el Banco de México, para otorgar pensiones del 100% a trabajadores que ganen menos de 17,000 pesos mensuales.

Contar con un fondo complementario para que los trabajadores que iniciaron a laborar a partir de 1997, año en que se aprobó el cambio de pensiones por parte del Estado a particulares, aspiren a tener el 100% de su salario base de cotización una vez que se jubilen, con esto se busca, evitar el empobrecimiento al que se exponen los trabajadores bajo el actual sistema de pensiones donde no sacan ni un salario mínimo que les permita su sobrevivencia, ya que el recurso que reciben es insuficiente, son pensiones de hambre, insuficientes para cubrir los componentes, salud, alimentación y vivienda.

Como bien dice el presidente, es injusto que un trabajador después de 30 años de laborar, ni siquiera recibe su salario cuando estaba en activo, sino la mitad, si le va bien, por eso los adultos mayores caen en depresión y angustia ante las carencias diarias.

¿De dónde saldrá el dinero para cubrir esos pagos? se obtendrá, en parte, de las cuentas inactivas que manejan las Administradoras de Fondos para el Retiro de personas mayores de 70 años y más de 75 años, si fueron trabajadores del Gobierno; se estima que las cuentas que nadie reclama reúnen unos 40,000 millones de pesos y es dinero de trabajadores no de las Afores que deben entregar al Seguro Social para otros trabajadores, cosa que no hacen.

Ojo! Los recursos son de los trabajadores, aunque pasen a este nuevo fondo de pensiones, en cualquier momento, el que sienta afectación puede acercarse a su Afore para pedir su dinero y se le devolverá, esto de ninguna manera es un robo, solo se busca recuperar de las afores el dinero abandonado para que alcance más y para todos, hoy en día son las afores las que ganan con esa lana perdida y pues eso nomas no es correcto.

Se trata de dignificar, de reconocer el trabajo de toda la vida de los trabajadores y revertir algunas reformas que tanto dañan a la clase trabajadora en México, el Fondo de Pensiones para el Bienestar del Gobierno de México asegura la pensión por un salario promedio de 16 mil 777 pesos, en el caso de derechohabientes del IMSS.

El instrumento de financiamiento partirá de un capital semilla de 64 mil millones de pesos que no compromete los ingresos del país, para consolidarlo se emplearán: recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, liquidación de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, venta de terrenos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, cobro de adeudos de entidades públicas con el ISSSTE, IMSS y el Servicio de Administración Tributaria.

Los billetes extra que va a tener este fondo vendrán de varias fuentes: primero, de lana de unos fideicomisos del Poder Judicial; luego, con los ahorros de liquidar unos organismos que están más para proteger la corrupción que para otra cosa, también, como parte de esta movida, se van a eliminar tareas que se hacían dos veces, y se va a sacar un porcentaje de las ganancias de ciertas empresas del gobierno, como las de la Defensa Nacional y la Marina, por último, vamos a agarrar la lana que nos dejen las inversiones del Fondo de Pensiones para el Bienestar.

La iniciativa de reforma a la Constitución de 2024 en materia de pensiones revierte efectos perjudiciales provocados por las reformas de julio de 1997 y de 2007, las cuales deterioraron los ingresos de jubilados, las modificaciones en sexenios anteriores no consideraron la verdadera dinámica del mercado laboral del país ni las necesidades de la plantilla laboral.

Por ejemplo, la Ley IMSS de 1973 contempló 500 semanas de cotización, es decir, 10 años, con la reforma de 1997 el requisito se incrementó a mil 250 semanas, lo que equivale a 24 años de cotización, de esta forma, cientos de miles de trabajadores quedaron excluidos de una pensión por el aumento de condiciones de un día para otro.

El 44.6 por ciento de las personas incorporadas a la Ley del IMSS de 1973 lograron una pensión, mientras que sólo el 25 por ciento de las y los inscritos regidos por la Ley IMSS de 1997 alcanzaron esta prestación.

A consecuencia de la Ley IMSS de 1997, las y los trabajadores que, después de cumplir con la alta cuota de semanas de cotización, perciben sólo un 27 por ciento en promedio de su último salario registrado y la Ley ISSSTE de 2007 provoca que trabajadores al servicio del Estado reciban el 60 por ciento del salario base de cotización al retiro, y como es una terrible verdad los trabajadores en la mayoría de las veces no se registran con el salario real si no con uno mínimo para pagar menos impuestos.

La reforma logra la transformación de pensiones de hambre a pensiones dignas con un efecto benéfico. Viento en popa con destino a una larga longevidad.

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